Toda acción es poca cuando se trata de combatir el abandono escolar. Aunque es una cuestión intermitente, en este colegio del distrito noroeste el nivel de absentismo ronda el 25% de su población estudiantil, que asciende a los 113 alumnos.

Y es precisamente para combatir ese porcentaje que requiere intervención que en este centro se diseña toda una serie de programas encaminados a motivar a los alumnos y disuadirlos de la falta de asistencia. Cada martes tienen los llamados Talleres Verticales, con actividades sobre cocina, papiroflexia o geometría divertida. Una vez al trimestre tienen semanas temáticas que pueden abordar cuestiones como la expresión o la naturaleza. Tienen diseñado un «protocolo de puntualidad» o sus ya populares Olimpiadas Escolares.

María José Fernández Domínguez, la directora del centro, explica que este año, para el Día de Andalucía, han preparado una actividad especialmente motivadora para estos jóvenes estudiantes. «Este año hemos decidido centrarnos en el conocimiento y profundización de nuestro patrimonio histórico-cultural. Nuestro alumnado es muy plural: cultura musulmana, étnia gitana, alumnado procedente de países del este de Europa... tenemos una gran variedad que enriquece mucho a nuestro centro en su día a día», expone. En este marco de mezclas, elaboran programas de inclusión y convivencia donde la colaboración y el respeto mutuo son los pilares. «Hemos querido plasmar este trabajo en una actividad de hermanamiento entre culturas y no había mejor momento que el día de Andalucía», señala la directora. Así, en esta honra a las raíces y a los pueblos que una vez habitaron nuestra comunidad autónoma, el Obispo Osio llevó a cabo el pasado miércoles una grabación de un Lip Dub, un vídeo musical en el que toda la comunidad educativa, ataviada con vestimentas típicas árabes, cantaron y coreografiaron la canción de Al Andalus, del artista almeriense David Bisbal. Y como la música para los jóvenes es fuente de estímulo también organizaron un musical que llevó por título Sueño Andalusí, inspirado en la leyenda de Abderramán tercero y su enamorada Azahara. «Fusionamos danzas árabes y flamencas con interpretaciones teatrales y musicales al toque de bulerías», apunta Fernández, para quien «estas actividades hacen que el alumnado desee ir al colegio día a día. El nivel de motivación es tal que adquieren compromisos de asistencia mejorando, además, la convivencia con los compañeros».