Este maestro de Primaria y Educación Física, de origen valenciano, comenzó a dar clases en Córdoba hace 13 años en el CEIP Gloria Fuertes. Ahora se encuentra al frente de un centro escolar ubicado en el cruce entre las calles Motril y Torremolinos.

-Oímos mucho hablar de educación inclusiva pero quizá, en el caso del centro que dirige esto adquiera una relevancia especial...

-En nuestro colegio se desarrolla un modelo, el de Comunidades de Aprendizaje,, que es inclusivo y que, además, no podría ser de otra manera estando en el contexto en el que nos encontramos. Aquí hay familias excluidas, que pertenecen a una zona linde entre el Sector Sur y el barrio Guadalquivir donde el paro estructural tiene cotas que asustan y se sufre discriminación social por razones étnicas, culturales y de clase social. La escuela es un garante de que las cosas pueden ser diferentes.

-¿Cree que sus alumnos tendrán las mismas oportunidades de futuro que los de otras barriadas?

-Si no creyese que se puede luchar para que las tengan, probablemente no seguiría mucho tiempo en este barrio. Vivimos una realidad desigual pero debemos emplear todas nuestras fuerzas en intentar revertir lo injusto de nacer en un sitio u otro. El esfuerzo de todos los centros del barrio se proyectan, inasequibles al desaliento, en el camino que permita concederles lo mismo que pueden tener niños de niveles socioeconómicos medios y altos.

-Trabajar en una barriada desfavorecida, ¿hace que tenga que afrontar su día a día de manera distinta?

-Sin duda alguna. Mucho de mi alumnado procede de los vikingos. Mi sitio a las 9 siempre está en la puerta del colegio, recibiendo al alumnado, entablando comunicación con las familias, luchando contra ese micro absentismo que supone llegar tarde por sistema. Todo ello implica una forma de empezar diferente. Tengo que gestionar la convivencia porque las leyes de la calle se traen a la escuela, y esas leyes no son las mejores para mejorar y cambiar sus vidas.

-Una vez finalizada la etapa escolar, ¿continúan estos alumnos en el sistema educativo?

-Sí, pasan a secundaria normalmente en nuestro centro adscrito, el IES Guadalquivir. Este instituto es vecino pared con pared, nuestro hermano de gueto, porque es una realidad que ambos centros conformamos el gueto educativo de Córdoba. Nuestro sueño es que todos nuestros alumnos terminen con éxito la educación Secundaria, que puedan soñar con llegar a ser alguien y triunfar en la universidad, pero demasiadas veces no es así por muchas razones, y ese es otro de los retos que como epicentros de transformación social que somos, debemos asumir todas las instituciones educativas del barrio.