Dicen que solo desaparece aquel que cae en el olvido, y es precisamente para evitar ese olvido inmerecido, que la Asociación Cultural La Tribu Educa recogió una parte de las vidas de importantes docentes cordobeses en el libro Maestros y maestras de nuestras vidas. Entre sus páginas se encuentra un gongorista magistral, José María Ortiz.

José María Ortiz nació en Córdoba en 1915, ciudad en la que estudió Bachillerato. Cursó Filosofía y Letras en Sevilla y en Valencia. Perteneció a los Cuerpos de Catedráticos y de Profesores Agregados de Bachillerato en la materia de Lengua y Literatura Españolas. Fue Premio Nacional de los Colegios Oficiales de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias. Se le concedió, además, la Cruz de Alfonso X el Sabio. En 1951, José María Ortiz ingresó en la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba como Correspondiente, pasando a Numerario de la Sección de Bellas Letras en diciembre de 1962.

Desde muy pequeño leía a Góngora, tal vez siendo consciente de que el conocimiento del poeta cordobés le perseguiría durante toda su vida, en la cuál aportaría una serie de artículos que dedicaría a la figura, la obra y el contexto cultural de Don Luis de Góngora y Argote. Destacando por sus estudios gongorinos, proyecta la figura del poeta en numerosos ámbitos de su vida personal y profesional. «Era de la opinión que cuando a alguien le gusta un poeta o un narrador, debía aprender y guardar en su memoria todos sus versos y todas sus páginas», recuerda Ana Capilla, antigua alumna de José María Ortiz.

Apasionado de Góngora y también de su ciudad, José María Ortiz es autor de varias obras relacionadas con Córdoba y los cordobeses. También publicó numerosos artículos y pronunció conferencias sobre temas de Literatura e Historia.

José María Ortiz impartió clases en el céntrico Instituto de Bachillerato Luis de Góngora y en la Escuela Normal de Magisterio, así como en diversos centros como la Academia Espinar, Academia Hispana, colegio del Carmen y la Escuela Pericial de Comercio, entre otros.

Como docente, múltiples referencias lo denominan como un cercano y excelente enseñante que dejó huella notoria en la sensibilidad y en el conocimiento de muchos estudiantes a lo largo de generaciones. «Don José María Ortiz fue uno de esos grandes profesores que, como la mayoría de los que enseñaban en el Instituto Luis de Góngora, fueron fraguando con el paso de los años sucesivas promociones de estudiantes que crecían con la imagen de sus lecciones. Porque si hay algo que moldea al alumno, más incluso que la propia lección del día, es el talante, el movimiento y las reacciones oportunas de nuestros profesores», afirma Ana Capilla.

Hijo de Dionisio Ortiz Rivas, profesor de matemáticas; hermano de Dionisio Ortiz Juárez, quien fuera director de la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba; esposo de Doña Dolores de Andrés, y padre de nueve hijos, José María Ortiz falleció en Córdoba en el 2001. En el 2014 fue recordado en unas jornadas en torno a su persona y su aportación cultural.