La red provincial de Bibliotecas Escolares, junto con el Centro de Profesorado (CEP) de Córdoba y los de la provincia, coordinan unas jornadas dirigidas a los responsables de bibliotecas escolares y profesorado interesado de los centros de educación Primaria y Secundaria que quieran conocer nuevas formas de fomentar la lectura en los jóvenes. Dichas jornadas, enfocadas como un taller práctico, se llevarán a cabo el 11 de abril en las instalaciones del CEP, y serán impartidas por Javier Calvo Labat, un profesor de Lengua y Literatura que, al detectar dificultades en sus alumnos para encontrar libros que realmente les motivasen, decidió dejar la docencia y poner en marcha una aplicación que cubriese esa necesidad.

Komilibro nace con la premisa de que si un alumno asegura no disfrutar con la lectura es porque no ha encontrado su libro ideal. Es por esto que el diseño de la aplicación está enfocado a que el usuario pueda encontrar fácilmente la obra que más le conviene leer en ese momento, aplicando filtros como el estado de ánimo, el tipo de protagonista de la historia, el tiempo en el que está ambientada... etc. Después de localizar el libro conveniente, y haberlo leído, el usuario puede dejar una reseña al respecto para recomendar, o no, a otros jóvenes la lectura del ejemplar. De este modo, se ha ido creando una comunidad retroalimentativa de lectores que, después de sumar más de 1.000 descargas, se ha instalado en las bibliotecas de centros públicos con objeto de convertir a los propios escolares en bibliotecarios, ofreciéndoles herramientas de gestión adaptadas a su tiempo.

Precisamente, el CEP viene encaminando sus actividades a la renovación tecnológica de los centros y sus bibliotecas pues, como comenta la asesora de las jornadas,Trinidad Jerez, «la brecha digital que hay entre profesores y el alumnado es muy grande, y los centros tienen que adaptarse a las necesidades que generan las nuevas tecnologías». Varios centros de la provincia ya han digitalizado al completo sus bibliotecas, y muchos otros centros están en proceso de innovación. Komilibro es uno de los proyectos que ya forman parte de ese proceso, y es por ello que su autor quiere acercar a los docentes las implicaciones pedagógicas del mismo. Implicaciones tales como lograr que los jóvenes saquen partido a la literatura por iniciativa propia. «Esta tecnología tiene que servir de puente para que los jóvenes regresen al libro», explica Javier Calvo, que dice no sentirse próximo a las disciplinas que pretenden inocular los clásicos a la fuerza en los jóvenes, pero tampoco concuerda del todo con las actitudes que optan por dejar que los jóvenes elijan solos sus lecturas, sin ninguna guía. «Quizá lo ideal sea un híbrido», comenta, y añade: «no es que la tecnología deba primar por sí misma, sino que esta sea utilizada con criterio, como herramienta para mejorar la enseñanza».

Otro aspecto a tener en cuenta, es que la inclusión en los centros de este tipo de iniciativas concuerdan con formas de aprendizaje significativo, activo y colavorativo, que sitúan al alumnado en el centro del proceso de aprendizaje, y no en el último eslabón de una cadena unidireccional, como sucede con el sistema educativo actual. «No es lo mismo que yo guarde en un cajón las fichas de lecturas de los chicos que el hecho de que ellos vean cómo su opinión va a servir a otro compañero de otra ciudad», aclara Javier Calvo.

Serán estas cuestiones las que se debatan el próximo 11 de abril con los docentes y bibliotecarios que se apunten a la actividad provincial, en la que Javier Calvo no solo expondrá las bondades de Komilibro y otras herramientas tecnológicas para convertir la hiperconectividad en formas sólidas de aprendizaje, sino que dará las pautas pertinentes para que otros profesores sigan su innovadora iniciativa.