David ha sido cibercooperante del Instituto Nacional de Ciberseguridad. Ahora, imparte a menores charlas preparadas desde la experiencia obtenida en estos años con su propio proyecto Tu ciberseguridad me importa. Hablamos con él de ciberacoso escolar.

-David con su charla, ¿qué es lo primero que intenta dejarles claro a los chavales?

-Que entiendan el concepto de ciberacoso, que identifiquen los riesgos que puede conllevar. Les enseño a identificar y utilizar conductas de prevención y protección y, por supuesto, a identificar los mecanismos de denuncia.

-La tecnología móvil está indefectiblemente unida a los menores. ¿Ha facilitado el disponer de móvil a temprana edad que el ciberacoso sea algo común?

-Sin ninguna duda. El móvil es una herramienta demasiado poderosa como para que la use un menor sin haber recibido antes un mínimo de pautas. Que sepan más ellos del uso que sus padres no significa que tengan un gran control. Hay mucho que enseñarle a un niño antes de entregarle un dispositivo con conexión a Internet.

-¿Qué papel juegan los padres en esto? ¿Cómo deben proceder si detectan un caso de ciberacoso hacia su hijo?

-En primer lugar, deben guardar las pruebas y acudir a la Policía o la Guardia Civil para interponer denuncia. Yo me he encontrado más de un caso en el que me llamaron por un posible ciberacoso escolar y tirando del hilo resultó ser un pedófilo. No obstante, existen medios como los controles parentales, algunos muy potentes como el SecureKids que permiten tener control sobre el tiempo de uso del móvil, filtrar contenidos y bloquear aplicaciones.

-¿Y si por el contrario, nuestro hijo es el ciberacosador?

-Buena pregunta aunque creo que la respondería mejor un psicólogo ya que los padres rara vez van a ser conscientes de que su hijo es un pequeño verdugo y van a buscar mil formas de justificarlo.

-También preocupa a los progenitores bastante el ‘grooming’. ¿Como se pueden prevenir casos de este tipo?

-Este tema es el que más me preocupa. Debemos educar a nuestros hijos para que no hablen con desconocidos aunque sean niños. Hay casos de pedófilos que han estado años haciéndose pasar por un menor para ganarse la confianza de los pequeños. Es muy importante que los padres empaticen con los hijos y no enfadarnos con ellos si nos cuentan que se han encontrado con algo así. Debemos educar en la búsqueda de ayuda y, por supuesto, a que no den ningún tipo de información personal.