A punto de jubilarse, Francisco Luque se encuentra en pleno desarrollo de un trabajo sobre patrimonio que ha trascendido las cuatro paredes de su centro, el IES Rafael de la Hoz, para convertirse en un proyecto de ciudad.

-¿Cómo nace este proyecto para sacar a la luz las murallas de Córdoba?

-Todo surgió hace cuatro años, estando con un grupo del PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y Rendimiento) de 3º. Propusimos elaborar un inventario de elementos de la Axerquía, que fue finalista en el concurso Conoce el patrimonio de tu barrio, organizado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Entonces, un alumno comentó que tenía en su casa una serie de carteles sobre las murallas. Las trajo al instituto y cuando mi entonces director Paco García Rueda las vío me propuso llevar a cabo un trabajo de investigación y de puesta en valor de las mismas. El objetivo era realizar, a final de curso, un día de exposición de los carteles y una visita guiada reivindicando la importancia de ese elemento patrimonial tan importante. Desgraciadamente, Paco se dio de baja al detectársele un cáncer de páncreas y nunca más se incorporó al centro. El año pasado, a raíz de los carteles conocí a Victoria Fernández de Molina, una gestora cultural que se está convirtiendo en la coordinadora del mismo. Sería imposible llevar a cabo el proyecto si no fuese por el trabajo profesional que realiza ella.

-¿En qué punto del recorrido se encuentra el proyecto actualmente?

En estos momentos la parte principal está en manos de Victoria. Con mi alumnado de 3º de PMAR estamos procediendo a elaborar un pequeño texto que sirva como documento para explicar la importancia de las murallas, desde su génesis hasta la actualidad. No obstante, con el necesario apoyo de las instituciones públicas y privadas de Córdoba deseo que se pueda culminar el proyecto y poder rendirle así homenaje a Paco García Rueda.

-Lo conciben entonces como un proyecto de ciudad que llega para quedarse...

-Por supuesto, no es algo efímero. Las murallas se restauran y se vuelven a abandonar. El trabajo hecho en el Marrubial es magnífico pero la mayoría de la población sabe que son unas murallas, poco más. No saben la importancia que tienen. Hay que ponerlos en valor y convertirlos en centro de referencia de la ciudad.

-¿Qué mensaje lanzaría a la población en general y a la más joven en particular?

-Creo que hay que sembrar para recoger. Si convertimos al alumnado en protagonista de la difusión y conservación del patrimonio, cuando lleguen a la edad adulta, como ciudadanos o teniendo responsabilidades en cargos públicos, seguro que lo protegerán y no serán copartícipes de los habituales desmanes cometidos con el mismo.