A pesar de que las actividades extraescolares suponen un alivio para los padres a la hora de poder conciliar vida familiar y trabajo, lo cierto es que este curso está marcado por la prudencia, el temor y la necesidad en muchos casos.

Tal es el caso del CEIP Obispo Osio, donde no solo han mantenido las mismas actividades que el año pasado sino que además han incorporado una programación para Educación Infantil. Como es natural, todos los espacios han sido preparados y adecuados según las medidas de prevención anticovid, tanto por parte del centro como de la propia empresa encargada de llevarlas a cabo. «Refuerzo educativo, inglés, manualidades y danza e iniciación al inglés y psicomotricidad para Infantil son las actividades que ofrecemos», explica la directora del colegio, María José Fernández, quien añade que «tenemos que seguir dándole recursos a nuestras familias de compensatoria porque les hace mucha falta». Seguirán las mismas pautas que en el aula matinal o el comedor, es decir, distancia de seguridad y mascarilla siempre puesta ya que en estas actividades convivirán niños de diferentes grupos burbuja.

En la Escuela Infantil Giner de los Ríos ofrecen cuatro tipos distintos de talleres: psicomotricidad, arte, inglés y teatro. En este caso el alumnado no se mezcla sino que se mantienen los grupos estables de convivencia para preservar la seguridad de los pequeños al máximo.

En el colegio Bética-Mudarra han puesto en marcha sus actividades fuera de horario escolar de manera habitual. De hecho casi el 90% del alumnado del centro está inscrito en alguna de las múltiples opciones que ofrecen que van desde gimnasia rítmica hasta artes plásticas, pasando por inglés (en convenio con Albany), patinaje, taller de medios audiovisuales, club de debate y lectura o taller de nuevas tecnologías entre otros. La estructura de este centro, con aulas separadas por espacios abiertos, favorece que todas estas actividades se puedan realizar con las medidas de distanciamiento y seguridad recomendadas y además se mantiene la separación de grupos-clase y se trabaja en equipos lo más reducidos posible.

En el caso del CEIP Al Ándalus el miedo de los padres ante la pandemia ha hecho que las extraescolares comiencen con poco tirón. Tal yc omo explica el director de este centro, José Antonio Maldonado, “en los primeros días apenas han venido niños y no sabemos si saldrán adelante las actividades”.

Fuera del ámbito escolar empresas como Kids & Us, dedicadas a la enseñanza del inglés, mantienen el mismo volúmen de alumnos que el curso anterior, unos 1.350 aproximadamente, repartidos en los tres centros que tienen en la capital. Rafael Seijo, director en Córdoba, señala que a pesar de la situación de incertidumbre del inicio de curso, contaban con algunos puntos a favor como el reducido número de alumnos por grupos, algo que es habitual en esta academia. “Nosotros tenemos por clase desde un mínimo de 2 a un máximo de 5 niños en las etapas tempranas, hasta 3 años, y un tope de 8 para el resto” explica Seijo. Desde marzo tienen una plataforma propia con la que pueden dar tanto clases presenciales como online. Adaptándose a la normativa vigente han establecido distancia de seguridad además del uso obligatorio de gel hidroalcohólico y mascarillas. “Como creemos que toda precaución es poca hemos instalado en nuestros centros un sistema de renovación y extracción del aire, que se purifica cada dos horas consiguiendo que los padres nos vean como un espacio seguro” concluye.