Los alumnos de Educación Especial volvieron a su rutina escolar el pasado jueves. Una vuelta que en el caso de ellos, se hacía especialmente necesaria, según expresa Milagros Crespo, la directora del colegio de Educación Especial Santo Ángel.

-Dígame, desde un punto de vista pedagógico, cómo ha afectado a los alumnos del Santo Ángel este parón desde marzo.

-La verdad es que desde el colegio y en colaboración estrecha con las familias, se ha perseguido en ese tiempo que los alumnos mantuvieran aprendizajes adquiridos, pero bien es cierto que han perdido muchas intervenciones especializadas, como por ejemplo fisioterapia, la socialización con el resto de sus compañeros, sus rutinas... y no han avanzado en aspectos curriculares y funcionales que se plantean desde las múltiples salidas y proyectos que les ofrecemos en conexión con el entorno. El ámbito virtual no favorece cierto tipo de aprendizajes, así como situaciones de interacción.

-¿Cómo tienen planteado recuperar estos meses en los que la enseñanza no ha podido ser cercana y de primera mano como era antes de la pandemia? ¿Qué papel de apoyo juegan las familiasen esta situación?

-Necesitamos saber el punto de partida en el que se encuentran nuestros alumnos después de este parón de 6 meses y reformular los objetivos que nos planteamos con ellos, bien de refuerzo o, en algún caso, de avance. Las familias juegan un papel fundamental en este aspecto, pues dependiendo del cuidado de la salud de su hijo o hija y el suyo propio, el entorno del colegio puede estar lo más seguro posible y seguir avanzando en una enseñanza, como bien has dicho, cercana y de tú a tú, que es lo que necesitan.

-¿Qué se hace especialmente difícil para ustedes y su alumnado en esta nueva normalidad?

-Sobre todo para nosotros, y por ende para el alumnado, el tener que llevar una mascarilla que les impide ver múltiples expresiones que para ellos son necesarias y, sobre todo, concebir una educación integral desde la perspectiva pedagógica y emocional, pues en estos momentos y por las circunstancias en las que nos encontramos, las relaciones carentes de contacto físico, de abrazos y besos, dificultan enormemente la comprensión del entorno y a la vez, poder interactuar emocionalmente, aspectos muy relevantes en las vidas de nuestros alumnos. Por otra parte, el ámbito de autonomía en determinados contextos se ve mermado en ocasiones, dadas las restricciones de movilidad y seguridad, asumiendo el profesorado gran parte de las funciones y responsabilidades que con anterioridad se delegaban en el alumnado para una mejora de su integración social y comunitaria.

-Al ser un CEE, ¿cómo se han adaptado a las medidas de prevención y seguridad por la covid?

Hemos seguido el mismo Protocolo de Actuación establecido por la Consejería de Educación para el resto de centro educativos. Bien es cierto que al tener las clases con ratios pequeñas y contar con espacios suficientes hemos podido flexibilizar recreos, turnos de cuarto de baño o flujos de circulación de manera eficiente. La adaptación ha sido buena aunque los primeros días cuestan nuevas rutinas.