Un total de 45 centros educativos andaluces se han presentado a estos premios otorgados en el marco del Programa Aldea y estos dos institutos cordobeses , el Guadalquivir y el Fuensanta, se han alzado como los mejores proyectos en las categorías a las que optaban.

Dentro de la modalidad Recapacicla se presentaron 23 centros, siendo el IES Fuensanta el ganador del primer premio de Andalucía Occidental con la actividad Reciclaje y Taller de trenzado, en la que el alumnado ha aprendido a dar una segunda vida a las bolsas de plástico de la compra, realizando ovillos de este material y confeccionando enseres nuevos con técnicas tradicionales de tejer. Esta actividad manipulativa fue realizada por la coordinadora de Aldea en dicho centro, Mª Carmen Caravaca, y la profesora de Geografía e Historia y subdirectora del instituto, Ana Cristina Cuadro, en la clase de 1º C de ESO, quien durante el pasado curso trabajó en su asignatura con metodología ABP (aprendizaje basado en proyectos). Así, el taller de trenzado se enmarcó dentro del diseño del proyecto La máquina del tiempo y se llevó a cabo en la semana cultural del instituto bajo el lema El proceso de creación.

Por su parte, el IES Guadalquivir concurrió al certamen con el proyecto Ecohuerto Guadalquivir, obteniendo la mayor puntuación de todos los centros educativos participantes en esta modalidad. Este proyecto, que ha sido coordinado por las profesoras del instituto Ana Isabel García y Mariola Cañas, destaca por la originalidad del material presentado: Elaboración de Fungicida Orgánico con Cola de Caballo. La idea surgió del propio alumnado que apreció la necesidad de buscar una solución a una plaga que afectó al huerto tras las vacaciones de Navidad pasadas. Según las responsables del Ecohuerto, «ellos mismos investigaron posibles remedios orgánicos elaborando, además, un vídeo explicativo del proceso». Y fue así como procedieron a la fabricación en clase del producto. Para ello, llevaron a ebullición agua, infusionaron la cola de caballo, la dejaron reposar durante un día y después rebajaron la infusión resultante con agua antes de aplicarla sobre las plantas del huerto. Esta actividad está reforzada a su vez con una amplia serie de tareas que se realizan durante todo el año. Entre ellas se cuenta la realización de un semillero con hortalizas y verduras de temporada de otoño/invierno; trabajo de arado y volteado de la tierra; diferenciar semillas y plantones de distintos productos así como herramientas y sus usos; conocer plantas y árboles autóctonos del bosque mediterráneo; distinguir los diferentes beneficios de las plantas aromáticas del huerto; fabricación de espantapájaros con diversas técnicas; aplicación de un sistema de riego; elaboración de recetas con los productos de la huerta así como degustación y conserva de los mismos; recogida de datos de producción, lluvias, temperaturas o la investigación para acabar con otra plaga, esta vez de orugas, que afectó al huerto a finales de febrero del pasado curso. Una vez más, el alumnado se documentó sobre posibles remedios en portales educativos de Internet elaborando finalmente una infografía en la que ofrecían hasta tres soluciones al problema. Las coordinadoras del Ecohuerto coinciden al afirmar que «este proyecto ha ayudado al alumnado formándolo en educación ambiental pero también en trabajo cooperativo y en equipo» H