Este año se celebra el 30 aniversario de la Carta de Ciudades Educadoras que el Ayuntamiento de Córdoba suscribió en su día y que aún en la actualidad sigue teniendo muy presente en el desarrollo de sus actuaciones. De manera paralela, además, se cumplen también 30 años de los programas educativos municipales. En este contexto, el concejal delegado de Educación e Infancia, Manuel Torrejimeno, apunta que «nuestro objetivo es contar con una ciudadanía libre, responsable y solidaria, capaz de convivir en la diferencia, de solucionar pacíficamente sus conflictos y trabajar por el bien común. Una ciudadanía consciente de los retos que la humanidad afronta y con conocimientos y habilidades para buscar soluciones».

El Ayuntamiento de la capital lleva ya varias décadas comprometido en el mantenimiento de un diálogo continuo con sus ciudadanos para la creación de espacios de encuentro y de construcción comunitaria en los que, ya sea desde las instituciones, las entidades públicas y privadas, colectivos y agentes sociales, como desde la ciudadanía en general, se pueda implicar colectivamente en la construcción de un modelo de ciudad dinámica, inclusiva, sensible a las nuevas demandas sociales, y que promueva el bienestar y el desarrollo sociocultural y socioeducativo de la ciudadanía.

Desde este compromiso, el Ayuntamiento de Córdoba participó en el año 1990 en el primer Congreso Internacional de Ciudades Educadoras, en el que Córdoba formó parte de un colectivo de casi cien ciudades de todo el mundo que se reunieron para reflexionar y debatir sobre el nuevo concepto de ciudad educadora. Éste sitúa la educación como elemento transversal de las políticas municipales, a través de las intervenciones de sus diferentes servicios, empresas y fundaciones, y además promueve procesos en los que todos, ya sea desde las instituciones a cada ciudadano en particular, se sientan comprometidos en el desarrollo de una ciudad más habitable, inclusiva, abierta, solidaria y sensible a las nuevas demandas sociales.

Los ayuntamientos participantes en ese primer Congreso Internacional de Ciudades Educadoras asumieron esta responsabilidad y redactaron una declaración con los principios básicos que deben regir en la generación de una ciudad educadora. Estos principios se recogieron en la Carta de Ciudades Educadoras, que, como ya se ha comentado, este año cumple 30 años.

Puntos clave /

Entre los principios que recoge la carta se contempla promover que los servicios municipales, sus empresas y demás organismos autónomos, su patrimonio histórico artístico, cultural, medioambiental, sean conocidos por la población desde las edades más tempranas, como parte de un ecosistema social compartido en el que todos se sientan comprometidos a cuidarlo y respetarlo. Desarrollar todo un conjunto de actuaciones administrativas orientadas a la construcción de una ciudad inclusiva, igualitaria, democrática, justa, participativa, basada en la convivencia pacífica y anclada en las necesidades e intereses concretos de su ciudadanía. Fomentar que la gestión municipal, para impulsar estas actuaciones, se realice en base a criterios de eficiencia y eficacia mediante la coordinación y la colaboración entre sus servicios, empresas y demás organismos autónomos. Impulsar, desde el apoyo y complemento a las distintas áreas del conocimiento (cultura, medio ambiente, salud, educación en valores, etc.), todas las dimensiones para el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos, desde las edades más tempranas hasta la edad adulta. Así como incorporar las intervenciones necesarias para atender las nuevas realidades y demandas sociales. Garantizar que en estas actuaciones estén recogidos los intereses y necesidades de los diferentes grupos de edad, atendiendo a sus diferentes características e identidades culturales, y todo ello desde el respeto a la igualdad y la no discriminación por motivos de raza, género, estrato social, etc.

El fundamento que tienen en común las ciudades educadoras queda recogido en el lema que este año propone la Asociación Internacional de las Ciudades Educadoras, 30 años transformando ciudades y personas para un mundo mejor, y que compartirán las más de 500 ciudades que forman parte de esta red.

Hay que destacar el compromiso compartido de las diferentes corporaciones municipales en el desarrollo de unas intervenciones, inspiradas en los principios recogidos en la Carta de Ciudades Educadoras, superando así cualquier diferencia de índole partidaria y estableciendo como base el diálogo y la cooperación institucional. De ahí el desarrollo e impulso de todo una política municipal en la que la educación es un eje transversal y donde siguen destacando los programas educativos, reconocidos y valorados por el conjunto de la comunidad educativa.