Para esta docente de amplia sonrisa la Educación Infantil es un mundo enriquecedor y maravilloso, lleno de motivos para estar en él. Su convencimiento, avalado por 23 años de experiencia, queda más que constatado.

-Cada inicio de curso es distinto y especial. ¿Se siente nerviosa o se lo toma con calma?

-La experiencia es un grado. Aún así, cada nuevo grupo de 3 años genera una sensación a partes iguales de incertidumbre, nervios, dudas, y mucha ilusión. Pero la calma es fundamental en los primeros días para transmitirla al grupo.

-¿Cómo suele ser el primer contacto con sus alumnos?

-El primer día es el más complicado. No los conoces uno a uno en un entorno de calma sino a todos de golpe y en un entorno que para ellos es extraño, que les genera ansiedad y de repente, llego yo, que aunque les sonría y sus familias les hayan hablado de mí, no dejo de ser la extraña que viene a llevárselos a un lugar desconocido.

-Los alumnos a los que da clase, entran por primera vez al colegio. ¿Cómo se toman semejante cambio?

-Cada niño es un mundo pero, si algo tengo claro al cabo de estos 23 años, es la capacidad de adaptación que tienen. Cada uno necesita un tiempo y hay que dárselo. Generalmente, los llantos quedan reducidos al momento de la separación y al cruzar la puerta ya se les ha pasado. El fin de semana supone un punto y aparte en la rutina que estamos creando, y al comienzo de semana, todo vuelve a empezar. Así estaremos un tiempo, aunque nunca sabes cuánto.

-¿Hay diferencias de adaptación entre los niños que llegan desde escuelas infantiles y los que no?

-Te podrías sorprender. El hecho de que los pequeños estén escolarizados desde casi que son bebés no garantiza que se adapten antes al colegio. A veces todo lo contrario. Porque ya tienen un referente, una seño, unos espacios y unos compañeros que en la nueva etapa no son los mismos. Y eso puede hacer que echen de menos lo que ya conocen. Y en el caso opuesto están los que nunca han ido a una escuela y de repente conocen un mundo lleno de juegos, actividades, amigos... y eso les genera numerosas satisfacciones. Pero insisto, cada niño es un mundo, y a cada uno hay que darle su tiempo.

-¿Por qué eligió la Educación Infantil primaria?

-Porque me parece la etapa más bonita del mundo. Y lo confirmo 23 años después. No hay otro ciclo en el que aprendan tanto y tan rápido como a lo largo de estos tres años. Es emocionante acompañarlos en esta aventura de aprender. Se entregan al máximo, lo dan todo, y cuando te dicen que te quieren, te lo dicen con el corazón en la mano.

-¿Qué consejo daría a los padres que llevan por primera vez a sus hijos al cole?

-Que confíen en nosotros. En nuestros criterio, en nuestra profesionalidad. En nuestra entrega. Que cuando tomamos una decisión lo hacemos pensando en lo mejor para sus hijos. Que los acompañen en esta aventura, que disfruten con sus cosas: desde ese papel con un primer garabato hasta la manualidad más maravillosa. Que se emocionen con ellos porque esta etapa pasa muy rápido y no vuelve más. Tenemos toda la vida para ser adultos y una etapa muy pequeña para ser niños.