La primera edición de los Premios Andalucía Emprende 100% digital también ha incorporado como novedad seis reconocimientos especiales, destinados a descubrir, reconocer y dar visibilidad a personas y entidades que han dado un paso adelante, emprendiendo en tiempos de pandemia. El reconocimiento Actividad Empresarial, destinado a proyectos empresariales solidarios que han contribuido a la lucha contra el covid-19, ha sido para la comunidad educativa del CEIP Albolafía, por la labor que llevaron a cabo durante el estado de alarma por el covid, garantizando la alimentación de las 50 familias del centro y la conexión digital entre el alumnado y los docentes. En palabras de su director, Ximo Roig, que fue quien acudió a recibir el premio, «todo lo que hicimos en Albolafia durante el confinamiento obedece a un sentir compartido que caracteriza a nuestro centro, y que no es otra cosa que entendernos como un epicentro de transformación social del contexto en el que estamos». Para él, esto implica verse a sí mismo como una comunidad que se cuida, se respeta y se transforma desde la implicación, el esfuerzo y el trabajo colectivo y en equipo de todos los sectores que la componen: profesorado, alumnado, familias, personal no docente del centro, entidades externas, Universidad o CEP.

«Esta acción difícilmente se hubiese dado sin esta manera de entender la escuela, y ello hizo que tanto la comisión directiva, de donde arrancó todo, como los docentes, que estuvieron a un nivel extraordinario, como el resto de agente, que ayudaron y colaboraron como les fue posible, así como todas las personas que se sumaron a la causa con sus aportaciones, generasen una acción que permitió que nuestras cincuenta familias pudiesen contar con alimentos y con recursos digitales durante la coyuntura social más complicada que hemos vivido en mucho tiempo», apunta Roig.

La crisis derivada de la pandemia provocó que las familias pertenecientes al CEIP Albolafia de Córdoba, situado en el epicentro del Sector Sur- Barrio Guadalquivir, en una zona de exclusión social patente y con unos índices de pobreza y paro muy elevados, se tornase insostenible para afrontar las necesidades más básicas de cualquier persona, especialmente las relacionadas con la alimentación y nutrición. Ante este hecho la comunidad educativa se puso mano a la obra para revertir esta difícil realidad.