Entrar en la zona de Educación Infantil del colegio Calasancio es adentrarse en plena Edad Media. Una perfecta ambientación de extensión considerable se ha convertido durante este trimestre en el escenario de aprendizaje de estos pequeños que descubren y adquieren conocimientos sobre esta época a través del juego y casi sin darse cuenta.

Tal y como explica la directora de este centro, Mª del Rosario Gracia, «este tipo de metodología activa e innovadora a través del aprendizaje basado en proyectos se lleva trabajando desde hace años aquí».

un mercado medieval/ En estos momentos todo el ciclo de Infantil está disfrutando de esta actividad en la que los pequeños investigan y aprenden los aspectos más significativos de la Edad Media. «Están viendo cómo era el paso del campo a la ciudad, el mercado, sus tiendas, los artesanos, el castillo, sus dependencias, los reyes, las princesas, las damas, los caballeros...», apunta Gracia.

Pero todo esto ha sido posible gracias a la colaboración de las familias que han trabajado en la decoración de espacios, algo que el profesorado agradece especialmente ya que sin ese apoyo sería muy difícil sacar adelante proyectos de este tipo.

aprender de forma distinta/ Este alumnado está disfrutando mucho con cada una de las experiencias de aprendizaje a través de las cuales están viajando por la historia de forma muy divertida. «Están conociendo la evolución del trueque a la moneda o la forma de comunicación que existía entonces», explica la directora.

los escenarios/ Para empezar, se decoraron todas las zonas comunes que conforman el pabellón de Educación Infantil, dividiéndolo en distintos espacios entre los que se distingue el campo, la ciudad, el mercado medieval y el castillo. El volumen de trabajo ha sido tal que, tal y como expone Mª del Rosario Gracia, «es importante destacar la interacción y participación de los padres ya que esta ambientación ha sido posible gracias al soporte que nos han brindado las familias, que se han implicado notablemente y entre todas han realizado con esmero gran cantidad de elementos característicos con miles de detalles y cuidadosamente elaborados».

Este trabajo casi de filigrana es lo que permite «transportar a los pequeños a un mundo distinto al que les rodea y que sin duda les suscita curiosidad, siendo ésta el punto de partida del aprendizaje», expone la responsable del centro quien añade que «fue maravilloso ver sus caritas de asombro al llegar por la mañana el día que comenzó nuestro proyecto, al abrirse las puertas del cole y descubrir que todo había cambiado». Y es que era como si en vez de en el aula estuviesen entrando en un cuento de verdad en el que ellos son los protagonistas, una sensación que iba en aumento según iban descubriendo distintos personajes en las puertas de sus clases. Para completar el efecto, minutos después de la llegada recibieron la visita de un juglar que les contó cosas muy interesantes y les invitó a que descubrieran por ellos mismos muchas más, planteándoles varios retos que tendrán que ir investigando y que marcarán el hilo conductor de todos los procesos de aprendizaje comprendidos en este proyecto. Ahora es un mercado medieval pero antes fueron el espacio, el Polo Norte, El fondo del mar o la Prehistoria. Cuando se trata de aprender no hay límites.