La primera edición de Ríomundi, el «festival de experiencias» organizado por el Ayuntamiento en el entorno del río Guadalquivir, ha dejado una buena sensación en la ciudad. La idea, como ya señalamos desde este periódico cuando el primer teniente de alcalde, Pedro García, la presentó en Fitur, es excelente: aprovechar el escenario del gran río de Andalucía para generar una simbiosis cultural con otros ríos que son símbolos de culturas y civilizaciones de todo el mundo es un planteamiento potente. Además, casa de forma adecuada con la idea de Córdoba como «ciudad mundo» y liga --legítimamente, pues la historia lo avala-- el devenir de los pueblos surgidos en torno al Guadalquivir con los generados en torno a otros ríos de poderoso poder evocador, desde el Ganges al Támesis, el Mississipi, el Amazonas, el Hudson o el Nilo. El planteamiento es bueno, la fecha también, dado que completa el vacío de actividades entre el final del mayo festivo y el Festival de la Guitarra --si bien ha coincidido innecesariamente con el Festival del Circo-- y la mezcla de actividades, desde la música y la danza hasta la gastronomía, los talleres, múltiples iniciativas que han disfrutado niños y jóvenes, artesanía, medio ambiente, deporte.... Ha sido un acierto, pues igual que el concierto de Medina Azahara fue masivo, era llamativa la asistencia a exhibiciones de kárate o delicioso ver a los chiquillos disfrutar del rocódromo.

Ha habido mucho público, si bien no todas las zonas han recibido la misma afluencia ni todas las actividades se han completado como hubiera sido deseable. La app del festival ha funcionado muy bien para los que recurren a este medio para informarse, y en general ha sido una fiesta para la ciudad, para los cordobeses, a la que los turistas se han sumado al encontrársela, pues esta primera edición no ha sido un especial reclamo para el visitante. Deberá consolidarse y definirse mejor en sus objetivos: se echaron de menos en algunos casos unas referencias más claras a las culturas de los diferentes ríos que configuraban el festival.

Por eso entendemos que la respuesta de público, aun siendo un indicador clave --hay que tener en cuenta también que era gratuito-- no es el único a considerar. Es bueno el anuncio de que Ríomundi tendrá continuidad, pero habrá que trabajar más y mejor los conceptos. ¿La sociedad lo demanda? ¿Esta dispuesta Córdoba a hacer suyo el festival y respaldarlo? Parece que la ciudad ha sido receptiva, pero para darle fuerza al planteamiento se requieren representaciones culturales más avanzadas, mejorar los supuestos, ofrecer mayor calidad, enlazar más con esas culturas invitadas para que Ríomundi no consista solo en traer el mundo a Córdoba, sino en llevar a Córdoba al mundo. Un buen comienzo, pero mucho trabajo por delante.