La calma que sucedió a la tempestad que azotó al Córdoba CF durante la mayor parte de la temporada pasada apenas ha durado un mes. El equipo blanquiverde ha empezado esta semana a preparar una Liga que se suponía que debía llegar cargada de ilusiones arrastradas por la inercia de la gesta que obró la permanencia del club en Segunda con una remontada sin precedentes y, sin embargo, los primeros pasos vienen marcados por un inesperado aluvión pero de incógnitas. Al margen de la ruptura ayer del binomio Jesús León-Luis Oliver sobre el que se había empezado a construir el Córdoba postgonzález, uno al frente de la gestión social y el otro de la parcela deportiva, la situación a día de hoy es que la LFP tiene prohibido al Córdoba hacer fichajes hasta que no regularice el limite salarial que ha desbordado en 1,8 millones de euros, el staff carece de director deportivo, León anunció que está abierto a ofertas (a la baja en algunos casos) por los mejores futbolistas de la plantilla y hasta planea la figura del posible regreso de la familia González, una opción que ayer no negó con rotundidad el actual mandatario. Así las cosas, cabe esperar que las gestiones que está llevando a cabo León para salvar el proyecto empiecen pronto a suministrar buenas noticias a esos 14.000 socios que ya se han afiliado a la causa blanquiverde, poderosa razón para que el Córdoba empiece a poner luces en las sombras.