Los datos sobre la evolución de las empresas andaluzas durante los últimos años dejan una sensación agridulce. Por una parte, reflejan una evolución positiva por el aumento del número de sociedades y de su facturación. Por otra, evidencian el salto cuantitativo que debería dar el mundo empresarial andaluz para convertirse en un verdadero instrumento de desarrollo, ya que la densidad empresarial es de 59,9 empresas por cada mil habitantes, muy por debajo de la media de España (70,5 empresas por millar de habitantes), una media que solo supera la provincia de Málaga. Y más importante que la densidad es el tamaño (atendiendo al número de empleados), bastante inferior al de otra regiones, con solo un 9,7% del total que superen los cien trabajadores. Son algunos de los datos difundidos ayer en el informe Análisis Económico-financiero de la Empresa andaluza 2018, que elabora Analistas Económicos de Andalucía, la sociedad de estudios de Unicaja Banco. Este informe, de trayectoria consolidada, ofrece la información de la evolución de los últimos ejercicios, principalmente 2016 y 2017, en los que el crecimiento del tejido empresarial andaluz ha seguido avanzando, hasta que nuestra comunidad autónoma ha vuelto a superar el medio millón de empresas, cota que no se alcanzaba desde el año 2010. El crecimiento en la creación de empresas ha sido del 2,5% en el 2017, superior a la media nacional, del 1,4%. y las ventas crecieron en torno al 11%, con un incremento de la producción del 3%. Si el año 2018 mantiene esta tendencia, no puede hacerse un balance negativo, al contrario, si bien queda mucho por andar.

En el cuadro provincial, Córdoba se mantiene en el lado bajo de la tabla en cuanto al número de sociedades, con 47.101 según este estudio, un 9,4% del total de Andalucía, y no destaca ni en aumento de facturación ni en creación. Un aspecto bueno es el incremento de un 5,2% en la inversión y que más del 67% de las compañías declara haber tenido beneficios, al tiempo que es de las provincias andaluzas con más empresas de entre 10 y 99 empleados (3,8% del total), un segmento en el que radican muchas de las esperanzas de que el tejido empresarial gane en la necesaria dimensión.

El análisis difundido ayer señala un cierto dinamismo empresarial y la recuperación de la confianza inversora, que son elementos muy favorables parea el desarrollo económico, pero al mismo tiempo vuelve a mostrar las debilidades de un tejido empresarial que ha salido de la crisis, o está saliendo de ella, con muchas cautelas y con grandes dificultades para fortalecerse. Más inversión, más empresas, más tamaño en las existentes y nuevos ámbitos de negocio siguen siendo asignaturas pendientes para Andalucía y especialmente para Córdoba.