La ronda de consultas cara a la investidura de Pedro Sánchez culminó con la audiencia de Felipe VI al presidente del Gobierno en funciones y, minutos después, con la propuesta del Rey a la presidenta del Parlamento, Meritxell Batet, de Sánchez como candidato a la Presidencia. La investidura ha quedado allanada tras la declaración de la representante de Junts per Catalunya, Laura Borràs, que garantizó que los diputados de su formación presos --Jordi Sànchez, Jordi Turrull y Josep Rull-- no iban a renunciar al acta. La Mesa del Congreso, tras el informe de los letrados, mantuvo la mayoría absoluta del Congreso en 176 escaños, pero, como los diputados suspendidos no pueden votar, la mayoría simple queda fijada en 173 votos. La situación se allana para el candidato socialista, pero está todavía lejos de resolverse.

En su reunión con el Rey, Albert Rivera confirmó que no facilitará la investidura con una abstención. Ante esta situación, Sánchez necesita la abstención de Unión del Pueblo Navarro (UPN) para ser investido en la segunda vuelta con los votos del PSOE, Unidas Podemos, el PNV, Compromís y Partido Regionalista de Cantabria. Sin embargo, UPN exige para abstenerse que el PSOE facilite el Gobierno de la derecha en Navarra --Suma Navarra, que ha obtenido la mayoría simple en las elecciones--, propuesta que ha recibido la aprobación del presidente del PP, Pablo Casado. Esta pretensión choca con la intención del PNV de gobernar en Pamplona con los socialistas y la abstención de EH Bildu. La Moncloa se inclina por la primera solución, a la que se oponen los socialistas navarros, si bien Sánchez, en su comparecencia posterior a la audiencia con el Rey, se limitó a decir que no pactará con Bildu, pero sin aclarar qué decisión tomará para la comunidad foral.

Es decir, aunque la rebaja de la mayoría simple facilita la investidura, el puzle está lejos de estar encajado, dado que tampoco hay acuerdo con Unidas Podemos, y Pablo Iglesias recalcó que no apoyará con sus votos a Sánchez salvo que se cierre antes un acuerdo para crear una coalición de gobierno. Lo razonable es que la gobernabilidad y la estabilidad primen sobre las posiciones partidistas y para ello Sánchez debe negociar en todas direcciones.

Pero mientras, y hasta que a partir del día 11 empiecen a constituirse los nuevos parlamentos autonómicos y el 15 de junio hagan lo propio los ayuntamientos, el tablero del reparto de poder en España lo condicionará todo. Un buen ejemplo lo tenemos en Andalucía, donde Vox se sumó ayer a la oposición al Gobierno de PP y Ciudadanos presentando una enmienda a la totalidad de los Presupuestos del 2019, cargando sobre Andalucía una presión enfocada a CS en relación con las negociaciones que se mantienen en el resto del país.