La proliferación en las ciudades de los vehículos de movilidad personal como los patinetes eléctricos o los segways es un fenómeno bastante reciente que, por tanto, apenas está regulado. Plantean una buena solución para la movilidad urbana con el sello de lo sostenible y medioambiental y se presenta como un medio de transporte muy útil y ligero. Pero al trascender ayer que uno de estos patinetes atropelló, con resultado de muerte, a una anciana en Esplugues de Llobregat, se supo también que la Dirección General de Tráfico trabaja en una normativa para prohibir que estos aparatos circulen por las aceras, limitar su velocidad a 25 kilómetros/hora e incluir a sus conductores en los controles de alcohol y drogas. El debate está servido, ya que circular por la calzada implicará un gran riesgo para el usuario del patinete. Pero sí debe quedar una cosa muy clara: lo prioritario debe ser siempre la seguridad del peatón.