Precisamente ayer se difundía una encuesta de la Federación ATA que señalaba que solo la mitad de los autónomos pueden irse de vacaciones en verano, ya que su economía no se lo permite. O sea, hay mucha gente que no veranea, y ese fenómeno se dará probablemente con más intensidad en barrios desfavorecidos como los de la Fuensanta y el Sector Sur de nuestra capital, en los que todavía no han abierto las piscinas municipales. Fuensanta y Marbella han desatado, especialmente la primera, una protesta vecinal que continuará hasta que abran las instalaciones. Hay un rifirrafe dialéctico entre el anterior gobierno municipal y el actual, pues el de José María Bellido acusa al anterior de PSOE-IU de no haber hecho los preparativos, mientras Isabel Ambrosio asegura que los trámites quedaron establecidos. Al margen del debate, es urgente que estas piscinas abran. El gobierno local espera hacerlo el día 17, aunque le está costando «maravillas de ingeniería administrativa». Esperemos que ese esfuerzo dé resultado, pues en la Fuensanta y calle Marbella una piscina no es ningún lujo, sino un servicio de primera necesidad para muchos vecinos que no pueden permitirse otra forma de ocio y de escapar al calor del verano.