El mecenazgo que ha propiciado las investigaciones del Instituto Arqueológico Alemán en el yacimiento de Medina Azahara, en un programa previsto para cinco años, acaba de ofrecer un hallazgo de gran interés, pues permite deducir que la ciudad califal bebió de la influencia arquitectónica de la cultura persa. Los arqueólogos alemanes, con la colaboración del propio conjunto arqueológico, trabajan en la denominada Plaza de Armas, situada frente al Gran Pórtico, buscando el significado de una zona de Medina Azahara apenas estudiada hasta el momento. Allí, han encontrado los restos de un edificio en forma de T de un tipo del que no hay constancia en la arquitectura árabe en España, y que es similar a construcciones que se conservan en El Cairo y a la influencia del califato abasí de Bagdag. Queda mucho por investigar en este recinto, del que ni siquiera puede aventurarse qué función desempeñó, pero lo importante en estos momentos es certificar que Medina Azahara es un tesoro vivo que seguirá dando durante muchos años, y hasta generaciones, información sobre la historia de Córdoba y Al-Andalus. Medina Azahara, con su reciente título Unesco de Patrimonio de la Humanidad, merece que aumenten las inversiones, tanto las de la Junta de Andalucía, que trabaja en un plan director del monumento, como las que son fruto de patrocinios privados. Hay que intensificar la labor de captación de mecenas.