Al grave problema de envejecimiento de la sociedad española se suma un fenómeno menos reciente pero que se sigue intensificando: la despoblación del medio rural. La actividad agropecuaria no ofrece ya puestos de trabajo suficientes --además de su temporalidad-- y, si el empleo se ha reducido para los hombres, menos posibilidades tienen las mujeres, principales protagonistas del paro agrario. Si en nuestros pueblos hay pocas oportunidades laborales para los varones, más escasas son para las mujeres, que, con la modernización de la sociedad, la incorporación al mercado de trabajo y el mayor acceso a la formación son perfectamente conscientes de que quedándose en su lugar de nacimiento tendrán pocas expectativas de futuro. Si a ello se suma que, como denuncia UGT, solo 300 de las 300.000 mujeres rurales españolas que participan en explotaciones agrarias familiares están inscritas en el registro de titularidad compartida (su trabajo existe, pero no consta), queda claro que están en evidente desventaje frente a los varones, pues su actividad es invisible y no genera derechos. Sin alicientes, sin estímulo laboral, marcharán a las ciudades --así lo están haciendo--, acentuando esa pérdida de población en los municipios, sobre todo en los más pequeños.

Apoyar a las mujeres del medio rural es, por tanto, una de las claves para que este no pierda vida. Esta fue una de las materias de debate en la celebración ayer, en Córdoba, del Día de la Mujer Rural, que reunió a cerca de medio millar de representantes de toda España convocadas por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur).

Del interés del encuentro deja testimonio la presencia de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz --que abogó porque la UE introduzca la perspectiva de género en la nueva PAC-- y de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que aseguró en la clausura que la PAC se tendrá que negociar con esa perspectiva. Gobierno y Junta de Andalucía plantean frenar la despoblación del medio rural con un apoyo a políticas que frenen la desigualdad y permitan que se desarrolle la iniciativa femenina en el campo. Fademur encontró un clima receptivo a su objetivo de que la mujer del medio rural entre en la agenda política española y europea.

Si uno de los objetivos de la PAC es la fijación de la población en los territorios, una de las mejores formas de conseguirlo es incidir en acciones que favorezcan la igualdad de oportunidades, el mantenimiento de los servicios públicos en las zonas rurales y el apoyo a la incorporación de la mujer a las actividades económicas. Al menos ayer se consiguió un altavoz para que se reflexione más sobre este problema y que la población rural femenina pueda crear cauces de comunicación y colaboración.