Esta vez tiene que ser. La Ciudad Califal de Medina Azahara --esa es la denominación correcta del monumento, según Icomos, el organismo que asesora a la Unesco-- está «en capilla», a muy pocos días de que se tome la decisión sobre su candidatura al título de Patrimonio de la Humanidad. La presentación tendrá lugar durante las deliberaciones del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco en Baréin, que deberá emitir dictamen sobre 30 aspirantes de todo el mundo, y se evaluará entre el 29 y el 2 de julio, según las previsiones expresadas por el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez. La candidatura ha sido preparada con un intenso trabajo, y su argumentario ha convencido al Icomos, que la respalda señalando sus indudables cualidades como «ejemplo excepcional de planificación urbana, arquitectónica y paisajística del Califato Omeya de Córdoba» y subraya su autenticidad. Pero también señala sus debilidades, principalmente las relativas a las parcelaciones ilegales, que desde hace años ya se vigilan para impedir su crecimiento y que serán «disimuladas» mediante pantallas de vegetación.

En los últimos años, Medina Azahara ha ido obteniendo protagonismo en el interés cultural de la ciudad. Tras quedar a cargo de la Junta de Andalucía, se iniciaron décadas de formidable trabajo arqueológico y de investigación que permiten ahora un discurso de gran interés histórico. La creación del centro de interpretación y museo ha reforzado esta coherencia y permitido una mejor comprensión de su enorme riqueza, y, con el lanzamiento de su candidatura al título de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, se ha producido un femómeno indispensable: la movilización de la sociedad cordobesa en pro de su yacimiento arqueológico. Era el paso que faltaba. Desde Córdoba, pero también desde Andalucía y desde España, se desencadena ese paso de identificación y valoración, un movimiento de apoyo que ha dado lugar a múltiples declaraciones institucionales y de numerosos colectivos. A ellas se ha sumado Diario CÓRDOBA --como lo hizo con los Patios o con la aspiración a la Capitalidad Cultural de Europa-- con múltiples trabajos periodísticos y, ayer, con la celebración del Primer Concurso de Pintura Medina Azahara, un certamen nacional de pintura que terminó con 51 magníficas obras de arte basadas en la ciudad del siglo X. La movilización cultural y sociales una baza importante en la consecución de un objetivo que debe alcanzarse sí o sí. Y la inscripción en la lista de la Unesco impondrá la obligación de aumentar la inversión que permita seguir investigando y recuperando este tesoro. Córdoba tendrá entonces cuatro títulos de la Unesco y deberá velar por ellos como un compromiso con la Humanidad.