La antigua Escuela de Magisterio reabre mañana lunes sus puertas tras una rehabilitación que ha sido una odisea. Desde que en el año 2008 se incluyera este proyecto entre los que aspiraban a los fondos europeos del programa Urban Sur hasta la recepción de la obra por el Ayuntamiento de Córdoba y el anuncio de la puesta en uso del edificio hecho por el alcalde, José María Bellido, esta misma semana, cuatro gobiernos municipales han bregado a lo largo de los años con todo tipo de escollos. Conocida en Córdoba como la Normal de Magisterio, la ubicación de este antiguo centro académico en el Sector Sur invitaba, al estudiar sus usos futuros, a su conversión en un instrumento de servicios y apoyo al desarrollo en uno de los barrios más deprimidos de la ciudad, y ese objetivo debe seguir siendo prioritario.

Recién pasado el confinamiento, el gobierno municipal ha decidido su puesta en uso inmediata. El inmueble albergará en varias de sus siete plantas el área municipal de Transformación Digital, con el Centro de Proceso de Datos (CPD) y el Digital Innovation Hub incluido. El traslado de estos departamentos será gradual, y ya ha comenzado. En otras plantas se encuentran los espacios a los que darán uso las áreas de Participación Ciudadana, Cultura e Imdeec, que llevarán allí todo lo relacionado con el emprendimiento. Finalmente, habrá una parte dedicada a Participación Ciudadana y Cultura con biblioteca, ludoteca y un lugar con usos de centro cívico, entre otros espacios.

El Consejo de Distrito Sur ha expresado su protesta por no haber sido invitado al acto de presentación y, especialmente, por encontrarse con unos planes hechos en cuya elaboración no se ha contado con estos representantes ciudadanos. Lo cierto es que este nuevo equipamiento, que tanto dolor de cabeza ha dado a varias corporaciones de distinto signo político, abre por fin, pero pendiente todavía de una mayor definición en sus contenidos y objetivos. Cabe felicitarse de su rápida puesta en marcha y de su enfoque hacia las nuevas tecnologías, pero también insistir en la necesidad de que la antigua Normal cumpla sus propósitos de prestar servicio al Distrito Sur, impulsar la formación y la especialización propuesta en las áreas digitales y fomentar el emprendimiento. Para ello, el consenso con los vecinos es clave, pues ellos conocen bien las necesidades de estos barrios, situados entre los de mayor exclusión de Europa. Bienvenido el nuevo edificio municipal, y bienvenido el esfuerzo para que sea un instrumento útil y de progreso.