El fantasma de las nuevas elecciones parece de nuevo muy real después de que Pedro Sánchez haya dado por rotas las negociaciones con Unidas Podemos (UP) a causa de la consulta de UP a las bases para que opinen si prefieren un Gobierno de coalición o un Gobierno diseñado solo por el PSOE. Los términos en que se plantea la consulta parecen escritos para que los militantes se pronuncien en favor de lo que prefiere la dirección, es decir, el Gobierno de coalición, y sin que Sánchez pueda vetar a los nombres propuestos por Pablo Iglesias. Tampoco es muy ortodoxo en plenas negociaciones, porque lo lógico sería que la militancia se pronunciara al final del proceso para ratificar o no lo acordado. Todo ello le sirve al presidente en funciones para argumentar que la consulta está preparada para justificar un no al pacto. Sin embargo, según UP, el tono airado de Sánchez no es más que la ratificación de que el PSOE ha decidido que quiere ir a las urnas. Ambas partes deberían hacer un nuevo esfuerzo para evitar la repetición de elecciones en noviembre. Un esfuezo real, sin escenificaciones estériles. Al PSOE no le queda otra salida que alcanzar un acuerdo con UP porque la pretensión de Sánchez de que el PP o Ciudadanos se abstengan está destinada al fracaso. El PP acaba de reiterar su no y Cs nunca se ha abierto a esa posibilidad. Cabe recordar que en ningún lugar está escrito cuál sería el resultado de unos nuevos comicios.