La Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) dio ayer, con la Declaración de Málaga, un paso interesante al colocar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que forman parte de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en las prioridades de las empresas andaluzas. El documento se presentó ayer en un foro al que asistieron 400 empresas, y en él se destaca el compromiso empresarial hacia la responsabilidad social, la innovación y el conocimiento científico y la sostenibilidad medioambiental. Los objetivos, defendidos por el presidente de la CEA, Javier González de Lara, son de gran trascendencia si la organización empresarial consigue que calen en el mundo económico andaluz. Es evidente que si las empresas lideran acciones para el desarrollo sostenible Andalucía puede dar un salto cualitativo en su sistema productivo, importante por sus implicaciones éticas, pero también porque supondría adoptar modelos de futuro que impulsarían nuestra economía. Es cierto, como se indica en la declaración, que desde cualquier ámbito de actuación empresarial se pueden implementar «acciones transformadoras», y que si los empresarios avanzan, arrastrarán con ellos al conjunto de instituciones y sociedad. Una iniciativa positiva que no debe quedarse en palabras.