El juego patológico, también conocido como trastorno del juego, es un problema de salud reconocido por la Organización Mundial de la Salud desde 1992. En los últimos tiempos, la ludopatía ha experimentado un aumento exponencial por culpa del juego on line, una actividad con una regulación deficitaria que se basa principalmente en potentísimas campañas publicitarias, de manera principal a lo largo de las retransmisiones futbolísticas, uno de los focos principales de la adicción. Las apuestas deportivas, el poker on line y otras modalidades de juego han reactivado estas actividades, disparando las adicciones en un fenómeno que se ha venido desarrollando exponencialmente en los últimos cinco años y que, como ocurre con todo lo relacionado con internet, ha encontrado vacíos legales que han hecho fácil su crecimiento. Ante esta panorámica, los locales destinados al juego y a las apuestas no son solo una parte del negocio, sino que funcionan asimismo como reclamo y lugar de encuentro. En ciudades como Madrid se ha llegado a la desmesura, multiplicándose por seis, mientras Barcelona ha sido noticia esta semana por la decisión del Ayuntamiento de imponer una moratoria de un año sin nuevas altas que desembocará en un plan urbanístico para regular de manera restrictiva la aparición de nuevos negocios.

En Córdoba

Córdoba no escapa a la tendencia. Este año han abierto en nuestra ciudad 11 locales (un crecimiento del 25%), y el año pasado fueron 19 las nuevas salas que se habilitaron. Con 55 locales, casi los mismos que en toda Barcelona, la capital cordobesa afronta una situación que preocupa hondamente a vecinos -que han empezado a movilizarse- y autoridades. Entre las características de estos establecimientos destaca su proliferación en barrios humildes, y el atractivo que tienen para los más jóvenes, presa fácil de las adicciones. El Ayuntamiento de Córdoba acordó en Pleno intensificar el control, evitar concentración de salas y su cercanía a centros educativos, pero desde el Consistorio se señalan las dificultades para limitar esta proliferación o negar licencias nuevas. Esta semana se ha paralizado la obra en una de ellas porque no tenía los permisos requeridos, pero es una situación puntual. Pensar que las adicciones surgen por opciones personales es cerrar los ojos a la influencia que el bombardeo publicitario y la facilidad de acceso tienen sobre las personas. Los ayuntamientos, como administraciones más cercanas a los ciudadanos, deben buscar fórmulas nuevas para impedir esta proliferación y acotar las actividades ya establecidas intensificando los controles. Estos movimientos municipales han de ejercer un efecto llamada para que otras administraciones se involucren en una lucha --sobre todo en los referente a la publicidad y en franjas infantiles y para adolescentes-- que es complicada pero necesaria para que la ludopatía no acabe siendo un problema social de primer orden.