Muy rápido ha transcurrido un año, y la organización de la Semana Santa de Córdoba avanza sin que se hayan resuelto cuestiones planteadas el año pasado con el estreno de la nueva carrera oficial y los enormes cambios a que dio lugar. La Agrupación de Cofradías, aprendiendo de aquella primera experiencia que en líneas generales fue exitosa, ha introducido algunas modificaciones para mejorarla. Por ejemplo, va a acortar en 50 metros el itinerario oficial para evitar aglomeraciones, rediseñará tramos y reducirá el tamaño de algunos palcos. Así, las hermandades preparan la segunda edición de unos desfiles cofrades que tienen el entorno de la Mezquita-Catedral como principal escenario y la entrada de todas las cofradías al templo principal como objetivo.

En algunos ámbitos sigue habiendo resistencia a la nueva carrera oficial. La hay entre vecinos y comerciantes de los aledaños de Las Tendillas. La hay en algunas cofradías, pero eso es un asunto interno de la Agrupación. Sin embargo, las cuestiones que atañen al vecindario dependen del Ayuntamiento, y hay quejas sobre el acceso a las viviendas, movilidad, actividad de comercios y hostelería y seguridad. La asociación de vecinos La Axerquía exige al Ayuntamiento que convoque la prometida comisión para abordar este asunto, pues teme que los vecinos sufran una política de hechos consumados. En parte será así, ya que, aunque el pasado viernes se configuró la comisión y se designó a sus participantes, ahora tendría que reunirse, y está claro que para la Semana Santa de este año no podrá hacerse un estudio exhaustivo de las necesidades y soluciones. En ese sentido la queja es comprensible, pues el año pasado quedaron demostrados los inconvenientes sufridos por los habitantes de la zona.

Sin embargo, desde el Ayuntamiento se han anunciado acciones que revertirán en la mejora de la situación, como la decisión de habilitar el Puente Romano al tránsito peatonal sin el arco que provocó aglomeraciones el año pasado y la mejora de accesos y movilidad, todas ellas reclamaciones de los vecinos. Así, aunque hubiera sido deseable una reflexión y debate con más anticipación, lo cierto es que el gobierno municipal prepara actuaciones para conseguir mayor fluidez y corregir los posibles errores en esta segunda experiencia de la nueva carrera oficial. Hay disconformidades que continuarán, pues algunas de estas voces (y habría que comprobar si son mayoritarias o minoritarias) responden a un planteamiento de rechazo global al paso de la Semana Santa que difícilmente se verá satisfecho aunque haya mejoras. En cualquier caso, una cosa es aceptar la celebración de una fiesta de enorme arraigo y proyección no solo religiosa sino turística, con indudables beneficios para Córdoba, y otra es que no se tomen todas las medidas posibles para aliviar al máximo las molestias que ocasiona.