Las colas en la oficina de atención ciudadana del Ayuntamiento de Córdoba no son un asunto menor: ¡Qué menos que pedir que una administración atienda correctamente a sus administrados! Antes que otros empeños más lucidos desde el punto de vista de la imagen, hay que resolver lo esencial, que es el servicio a los ciudadanos. El 21 de marzo los trabajadores municipales denunciaron la situación, y hasta anunciaron una huelga a la que al final han renunciado tras algunos pasos dados por el equipo de gobierno para aliviar la situación --la cita previa ordena un poco el caos, pero no elimina el problema--, pero hasta final de mayo no se prevé una solución efectiva, cuando los nueve centros cívicos ofrezcan de lunes a viernes servicios de información y gestión. El Ayuntamiento es la administración más cercana, a la que los vecinos se acercan a resolver trámites que van desde cambios del padrón hasta bodas civiles, entre otros muchos, y es preciso que esté preparado para asistir correctamente al administrado. El problema es la falta de personal, pues por diversos motivos se ha reducido drásticamente el número de funcionarios destinados a atención al público. Mientras se incorporan los empleados que se están formando, urge buscar fórmulas para no abusar del tiempo del público ni del esfuerzo de los trabajadores.