No hay forma de que las pensiones escapen de la polémica política Finalmente, el Gobierno ha optado por dejar el aumento previsto, que anunció que será del 0,9% para el 2020, hasta que se haya constituido formalmente. O, lo que es lo mismo, hasta que haya investidura y un gabinete presidido por Pedro Sánchez.

Llamen a esto presión a sus potenciales socios o incluso a aquellos a los que se limita a reclamar la abstención, o lo que quieran, pero lo cierto es que con una demora de este tipo mantienen a unos 9 millones de beneficiarios de prestaciones públicas, de los que más de 6 millones cobran la pensión de jubilación, con el alma en vilo.

No será mucho lo que los afectados dejen de ingresar por el retraso, porque el 0,9% apenas son unos 10,3 euros mensuales de subida para la pensión media. Con todo, sí que supone casi el cuádruple del incremento que había establecido la reforma aprobada por el Gobierno del PP, que entró en vigor en el 2013.

La decisión del Gobierno ha consistido en suspender la aplicación del artículo 58 de la Ley General de la Seguridad Social en la que se perpetuaba una subida del 0,25% en las pensiones. Eso supone que el nuevo año comenzará con las prestaciones congeladas, ni un céntimo de incremento, en espera de que el nuevo Gobierno apruebe el alza del 0,9%. En resumen, los 1.143,55 euros percibidos en diciembre podrán comprar por ahora un poco menos de lo que podían un año atrás.

En cualquier caso, la estadística da tiempo al Gobierno, ya que, por ahora, la tasa anual de inflación apenas alcanza el 0,4%, lo que supone que la erosión de valor para las pensiones será ligera, aunque se producirá. Pero, para que nadie se inquiete: la subida, entre cuando entre en vigor, tendrá efectos desde el 1 de enero, garantizan desde el Ejecutivo.

La gran duda que se plantea es qué sucederá si, finalmente, las negociaciones para la investidura naufragan y no hay ninguna posibilidad de que la oposición se abstenga para que al menos pueda constituirse un nuevo Gobierno y nos vemos abocados a unas nuevas elecciones (un escenario que, aunque poco deseable, podría llegar a producirse) ¿Se subirán igualmente o habrá que esperar más meses?

Es imprescindible que las pensiones queden al margen de los debates coyunturales, de que, de una vez por todas, se resucite el pacto de Toledo, se adopten lo más consensuadamente posible las medidas para garantizar el futuro de un sistema que proteja el poder adquisitivo de las prestaciones y apuntale su viabilidad. La única vía es que, en lo esencial, como la revisión anual, el modelo funcione de forma automática, para que no dependa de coyunturas, intereses y avatares puntuales.