Bruselas no ha logrado frenar a Trump y su intención de imponer aranceles a productos europeos. Al menos, de momento. El viernes -a las 00:01 horas en Estados Unidos-- entraron en vigor los nuevos gravámenes a las importaciones de varios países europeos, entre ellos Francia, Alemania, Reino Unido o España, por valor de 7.496,6 millones de dólares (6.793 millones de euros), sin que el ejecutivo comunitario pudiese impedirlo.

La amenaza de Washington de imponer aranceles a Europa viene de lejos --ya en abril el Ejecutivo estadounidense publicó una lista provisional de productos--, pero no fue hasta principios de octubre cuando confirmó sus intenciones, tras recibir el visto bueno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para compensar las ayudas ilegales a Airbus. Entonces, EEUU anunció un gravamen del 10% para productos aeronáuticos y del 25% para otros productos, como el whisky escocés, el aceite de oliva y las aceitunas españolas o la maquinaria y los aparatos para soldar alemanes.

Pero el caso no es aislado, la Unión Europea está a la espera de que la OMC se pronuncie en un caso paralelo sobre ayudas estadounidenses a Boeing, y a eso espera la CE para activar aranceles en sentido contrario.

Bruselas no quiere entrar en una guerra comercial e insiste en la vía del diálogo para evitar una escalada de las tensiones, a pesar de que lleva desde julio esperando la respuesta americana a un nuevo régimen de ayudas a la aviación. No obstante, tras la entrada en vigor de los aranceles, asegura que no le quedará más remedio que responder con la misma moneda cuando la OMC se pronuncie sobre Boeing.

«Lamentamos la elección de EEUU de seguir adelante con los aranceles. Este paso no nos deja otra alternativa que seguir en el momento oportuno con nuestros propios aranceles por el caso Boeing, en el que EEUU también ha vulnerado las reglas de la OMC», advirtió ayer la comisaria de comercio, Cecilia Malmström, en un comunicado.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, afirmó el jueves en la capital estadounidense que aunque el impacto macroeconómico de estas medidas contra los bienes europeos «no es muy relevante», sí lo será el «impacto social que afectará a algunas regiones en concreto».

SIN MEDIDAS «INMEDIATAS» / El Gobierno español llevaba semanas advirtiendo que si Trump ponía tasas a productos españoles reaccionaría «de forma inmediata» con «firmeza y claridad» e incluso había sugerido que la Comisión Europea tiene la posibilidad de imponer aranceles «de manera inmediata» por valor de más de 4.000 millones de euros, gracias a un caso resuelto por la OMC en 2004.

Sin embargo, tras la entrada en vigor de los gravámenes desde los ministerios competentes --Agricultura, Pesca y Alimentación e Industria, Comercio y Turismo-- remiten al comunicado de Bruselas. El único que se ha pronunciado sobre el asunto ha sido el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, al calificar de «atropello arancelario» las medidas de Trump después de asistir a un Consejo Europeo en Bruselas. Pero ni rastro de medidas «inmediatas».

FRANCIA PIDE CALMA A EEUU / El ministro francés de finanzas, Bruno Le Maire, que se reunió ayer en Washington con el secretario de estado de Comercio estadounidense, Robert Lighthizer, insistió en la negociación como la fórmula para llegar a una solución. «Un acuerdo entre Estados Unidos y Europa en el caso Airbus/Boeing sigue siendo la mejor solución. Es el mejor escenario para los dos continentes pero si la administración estadounidense lo rechaza Europa está preparada para adoptar represalias», avisó Le Maire urgiendo a la Administración Trump a actuar con responsabilidad.

«Si no es el caso y si la administración americana decide avanzar con estos aranceles y aplicarlos efectivamente sobre algunos productos europeos, incluidos los vinos franceses, esta decisión tendrá consecuencias muy negativas desde el punto de vista político y económico», señaló. El político francés añadió que habrá «consecuencias concretas» y «llevará a la Comisión Europea a adoptar el mismo tipo de decisiones una vez que la OMC nos lo permita». «¿Es en interés de Estados Unidos una guerra comercial entre Estados Unidos y la UE en la actual situación en la que ya hay una guerra comercial entre Estados Unidos y China?», se preguntó.