A pesar de la contracción en el número de llegadas del mes de mayo y de la experiencia del verano pasado, el Gobierno apunta hacia un nuevo «verano de récord para el turismo». El ministerio de Industria, Comercio y Turismo augura que los ingresos procedentes del turismo crecerán entre julio y septiembre en 1.000 millones de euros (3,2%), hasta los 33.908 millones, una cifra sin precedentes, mientras que el número de turistas bordeará los 29,77 millones de récord alcanzados en 2017, con un crecimiento previsto del 1,7% respecto a 2018.

Las previsiones no siempre se cumplen -el año pasado el Ejecutivo apuntó a una subida del 2,1% en las llegadas y estas cayeron un 2,2% y advirtió sobre un incremento del gasto del 4,1% y solo creció un 0,5%-, pero lo que no suele fallar son las tendencias que señalan hacia un cambio de modelo con un volumen de llegadas que se estabiliza pero con más gasto por visitante.

España se ha malacostumbrado. Ha crecido a pasos agigantados en número de llegadas, por la caída de sus principales competidores del Mediterráneo, a raíz de la inseguridad de la Primavera Árabe y del Estado Islámico. Sin embargo, el año pasado, mientras España recibió 800.000 turistas más que en el 2017; Turquía elevó su cifra en 7 millones (hasta los 39,4 millones), Egipto en 2,75 millones (hasta los 11 millones de turistas) y Túnez en más de un millón (hasta un total de 8,3 millones de turistas). Y este año se mantiene esa tendencia, a la que se suma Marruecos,

TURISMO DE CALIDAD / Esta competencia es low cost y ahí España no puede -tiene mayores costes-, ni tampoco quiere competir. Para la ministra en funciones de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, «España se tiene que diferenciar frente a destinos competidores en la calidad». «Si hay un turismo depredador que va a precio y se desplaza a otros destinos no tiene que ser mala noticia. Si queremos incrementar el gasto medio esta es la mejor noticia para proteger nuestro modelo turístico», explica el portavoz de la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencia de Viajes Españolas (Fetave), Vicente Pizcueta.

No obstante, España tiene muy concentrados a sus turistas y eso también es un problema. «Esos años llegó volumen muy importante de turistas pero muy poco diverso», explica la profesora de Ostelea School of Tourism & Hospitality, María Martínez Iglesias. Así, España está expuesta a cualquier vaivén de sus principales emisores (Reino Unido, Alemania y Francia) desde su interés por la competencia hasta el brexit, el buen tiempo en los países de origen o un menor dinamismo de su economía. Este verano, Reino Unido y Alemania, liderarán las llegadas y el gasto, según el Gobierno, pero eso no implica crecimiento.

PLAZAS AÉREAS / Según las cifras de capacidad aérea -plazas programadas- en los aviones de junio, julio y agosto, los asientos de Reino Unido crecen un 2,3%, pero los alemanes caen un 11,8%. El país germano contrajo sus viajes a España el año pasado, y, aunque se recuperó este comienzo de año (un 1,9% en los cinco primeros meses de 2019), a tenor de los asientos aéreos volverá a bajar. Algo similar ocurre con los países nórdicos: los asientos daneses retroceden un 16% hasta los 516.000; también los finlandeses, un 9,7%, hasta sumar 207.000; los noruegos retroceden un 7,2% (530.000 asientos), mientras que los suecos tendrán un 2,8% menos de asientos que el año pasado (588.000).