Una persona con discapacidad cobra en España el 17,1% menos que una persona sin discapacidad, siendo el salario medio anual bruto de 19.297,6 euros. Así fue en el 2016, los últimos datos disponibles publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que revelan que el crecimiento económico experimentado en dicho periodo, del 3,3% del PIB, no solo no se tradujo en mayores salarios, sino que lo hizo en retrocesos. Las remuneraciones para trabajadores con discapacidad disminuyeron entre el 2015 y el 2016 el 1,4%.

Esta estadística hace referencia a una población que en el año 2016 sumaba en España un total de 1.840.700 personas en edad de trabajar, es decir, entre 16 y 64 años, y que representaba el 6,1% de la población total en edad laboral.

La brecha de género, no obstante, es una realidad que afectó con menor intensidad a este colectivo en materia salarial, puesto que la diferencia de remuneraciones entre una mujer con discapacidad y un hombre con discapacidad fue del 15,8%. Entre el global de trabajadores fue en ese mismo periodo del 22,6%. El retroceso salarial global experimentado en el 2016 afectó de manera más pronunciada a las mujeres, ya que cobraron de media el 2,4% menos en dicho periodo que en el año anterior. En el caso de los hombres con discapacidad, el descenso fue del 1,1%.

Otra de las brechas significativas que dividen a los trabajadores con discapacidad es si son empleadas a través de un contrato específico para su situación o a través de otro. Las primeras tuvieron en el 2016 unos salarios el 12,4% superiores que las segundas, con una diferencia de 2.178,7 euros anuales entre ambas categorías.

A MÁS DISCAPACIDAD, MENOR SALARIO

El grado de discapacidad también marcó la cuantía del salario percibido, ya que, a mayor grado de discapacidad, menor sueldo. Los trabajadores con una limitación del 66% o superior cobraron anualmente 18.506,2 euros, el 6,4% menos que una persona con entre el 33% y el 44% de discapacidad y el 4,3% que la media. La siguiente categoría con menores sueldos fue la que tenía diagnosticada una discapacidad de entre el 45% y el 64%, con 18.738,1 euros anuales de media, y la que más cobró fue la que menos discapacidad reconocida tenía, entre el 33% y el 44%, con 19.691 euros.

La mayor precariedad para los empleados con un contrato temporal es una característica que afecta a todos los trabajadores, tenga reconocida discapacidad o no. En el caso de los primeros, un profesional con un contrato indefinido cobró en el 2016 el 47,8% más que un trabajador con contrato temporal. Los porcentajes de temporalidad sobre el número absoluto de empleados fueron muy similares a los registrados entre los trabajadores sin discapacidad. Ente los primeros, el número de empleados con un contrato de duración finita fue del 23,8%, menos de tres décimas que entre los segundos.