El adelantarse en la implantación de la tasa Google, penaliza a España con respecto a otros estados de la UE, advierte Alicia Richart, directora general de Digitales -la patronal del sector tecnológico-, que en una entrevista con Efe consideró que «es una pena que no se haya podido» aplicar este impuesto «de forma armonizada». Se trata de la tasa Google, que está en trámite parlamentario en España y con la que se pretende gravar con un 3 % los ingresos que las grandes tecnológicas obtengan de ciertos servicios.

Richart es partidaria de que se «paguen impuestos donde se generan sus ingresos», pero es de las que creen que las empresas de telecomunicaciones y tecnológicas ya están sometidas a una presión fiscal «muy elevada» en España. No le «parece justo que se tenga que incluir otra tasa más» a estas empresas, pero reconoce que es difícil aislar el hecho imponible.

«La opción más deseada -para ella- sería que tanto a nivel de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como de Comisión Europea se llegara a una fiscalidad homogénea, porque el hecho de adelantarnos ahora con un impuesto, implica que estamos penalizando a nuestro país», afirma.

Se quejó «amargamente» de la fiscalidad de las telecos en España, que es la más alta de Europa. Para hacerse una idea, Telefónica, Orange, Vodafone, Másmóvil y Euskaltel pagan unos 8.000 millones de euros anuales de impuestos, lo que quiere decir que su presión fiscal es superior a la del resto de países de la UE. «Esto les sitúa en una posición de desventaja», afirmó.

A esto se añade que están pendientes de las «fuertes inversiones que se van a hacer en breve por los despliegues de 5-G». A su juicio, una revisión de la fiscalidad de estas empresas sería «más que deseable y conveniente».