El expresidente de CatalunyaCaixa, Narcís Serra, declaró ayer en el juicio que se celebra contra él y otros 40 directivos de la entidad financiera, que los supuestos sobresueldos otorgados a dos altos cargos, el director general Adolf Todó y el director general adjunto Jaume Massana, cumplían a «rajatabla» con la normativa europea, se situaba en «la mediana» de sector y fueron comunicados al Banco de España y la Generalitat. «Teníamos que buscar al mejor director y el contrato era ajustado», explicó. Después, afirmó: «Yo también soy crítico con la remuneración del sector financiero». El incremento salarial de los directivos se produjo en plena crisis económica.

«Afirmo que las decisiones del 2010 las tomamos porque el Banco de España nos consideraba fundamentalmente solvente, no nos consideraba en quiebra y que superaría la crisis, en contra de lo que opina el fiscal», explicó el que fuera vicepresidente durante el Gobierno socialista de Felipe González. Añadió: «Estaba convencido que la entidad tiraría adelante, lo que nadie sabía es que la crisis del 2011 sería peor que la del 2008», insistió. El Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) inyectó en julio del 2010 en CatalunyaCaixa 1.250 millones de euros y en el 2011, 1.718 millones. El consejo de administración de la entidad aprobó el aumento de las retribuciones de Todó y Massana en enero y octubre del 2010.

En la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona empezaron a declarar los imputados. El primero en hacerlo fue Serra, que se enfrenta a cuatro años de prisión. El expresidente de la entidad afirmó que cuando tomó posesión de su cargo en CatalunyaCaixa quería cambiar el rumbo de la entidad y desprenderse de activos en el sector inmobiliario. La sesión se debatió sobre la crisis financiera y la solvencia o no de CatalunyaCaixa y si era adecuada o no la alta retribución de los directivos de la entidad, entre ellos Todó, y sus posteriores incrementos. «El aumento era progresivo y nosotros nos ceñimos a cumplir el contrato», sostuvo. «El ánimo era de cumplir lo pactado y que Todó se sintiera reconocido», insistió. El fiscal alegó que una de las cuestiones que pretende demostrar es la «política fácil con la que se manejaba los caudales de la entidad» y preguntó sobre importantes indemnizaciones otorgadas a algunos ejecutivos.

AUMENTO DEL 50% / El primero de los acuerdos bajo sospecha se aprobó el 19 de enero del 2010 y consistía en aumentar el salario fijo y el variable anual de Todó del 35% al 50% y el de Massana del 35 al 45%. Por este apartado están acusados 17 directivos, entre ellos Serra y Todó. El 13 de octubre de ese mismo año, el consejo de administración aprobó otra subida de las retribuciones de los miembros del comité de dirección para el 2011. Todó pasó a cobrar de 800.481 euros a 812.501 y Massana de 598.428 a 610.201 euros. Por este acuerdo están acusados 41 exdirectivos, entre ellos Serra. El fiscal acusa a 17 ejecutivos de dos delitos de administración desleal y al resto solo de un delito. Antes de la aprobación del último incremento de sueldos, Caixa Catalunya se había fusionado con la de Tarragona y la de Manresa (mayo del 2010). El FROB suscribió participaciones de la caja por 1.250 millones de euros el 28 de julio del 2010, meses antes del segundo aumento de sueldo. Narcis Serra repitió en varias ocasiones que ni Deloitte, que auditaba las cuentas, ni la comisión de control, que era un organimsmo independiente, «hizo ninguna observacion».