El salario bruto anual se situó en 23.003,2 euros en el 2018, cifra un 0,9% superior a la de 2017, según la Encuesta Anual de Coste Laboral elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El coste neto que tuvieron que pagar las empresas por cada trabajador ascendió a 30.883,4 euros en el 2018, un 1,1% más que en el año precedente.

Si se tienen en cuenta las subvenciones y deducciones públicas, que ascendieron a 202,3 euros, el coste bruto por trabajador alcanzó los 31.085,7 euros el año pasado, con un avance anual también del 1,1% respecto al ejercicio 2017.

El 74% del coste bruto lo constituyeron sueldos y salarios, mientras que las cotizaciones a la Seguridad Social, que ascendieron a 7.187,4 euros por trabajador, representaron el 23,1% del total. De este modo, salarios y cotizaciones supusieron el 97,1% del coste bruto.

Además de estas partidas, casi 412 euros anuales se destinaron a beneficios sociales por trabajador (cotizaciones voluntarias a seguros y planes de pensiones, prestaciones complementarias a la Seguridad Social, etc.); 208,69 euros a otros gastos derivados del trabajo (indemnizaciones por fin de contrato, ropa de trabajo, transporte, etc.); 192,1 euros a indemnizaciones por despido, y 82,3 euros a formación profesional.

En el 2018, el 94,1% de los empresas regulaban sus condiciones laborales mediante convenio colectivo, con efectos sobre el 88,2% de los trabajadores, cifras similares a las de 2017.

El 2,1% de los centros de trabajo con convenio, representativos del 3,8% de los trabajadores, vieron modificadas sus condiciones de trabajo durante el año pasado. Tanto el porcentaje de centros que modificaron las condiciones de trabajo como el de trabajadores afectados subió ligeramente respecto al año 2017.