Renault se mantiene en juego. El gigante francés del motor confirmó ayer su interés por la fusión con la ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobile (FCA), una operación que los convertiría en el tercer productor mundial del sector del automóvil. La junta directiva de Renault se volverá a reunir hoy. «El consejo de administración ha decidido seguir estudiando con interés la posibilidad de tal acercamiento y prolongará las conversaciones sobre este tema», comunicó la empresa francesa tras una reunión de unas cuatro horas de duración.

Renault debe decidir si acepta la propuesta de fusión del Grupo FCA que, si incluyera a Nissan y Mitsubishi, marcas con las que Renault forma la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, en vez del tercer grupo del sector a nivel mundial podría ser el primero.

Las principales condiciones solicitadas por el Gobierno italiano y el francés -que tiene un papel importante, al ser primer accionista de Renault- son similares. Ambos han pedido que la fusión no perjudique a los trabajadores de las plantas ubicadas en sus países, como sí ha ocurrido en el pasado en otros casos de megafusiones.

El Estado francés, máximo accionista de Renault con el 15% del capital, presiona para, de confirmarse la fusión, mantener su influencia dentro del nuevo consorcio. En declaraciones oficiales, París ha adoptado una postura positiva acerca del acuerdo, siempre y cuando se garantice el empleo y la continuidad de las plantas que Renault tiene en Francia. En la primera propuesta, el Grupo FCA confirmó que no se cerrarían plantas, pero no dijo nada sobre el empleo. A su vez, el ejecutivo francés también pidió que no se dejara de lado la Alianza y siempre se tuviera en cuenta Nissan.

Nissan, por su parte, adoptó una postura cautelosa desde el principio sin oponerse a la fusión pero advirtiendo que «hay muchas otras cosas que discutir antes». Según la propuesta del Grupo FCA, la junta del nuevo consorcio incluiría cuatro representantes de Renault y cuatro del FCA y uno de Nissan en una mesa formada por 11 directivos, por lo que los tres restantes serían independientes. La firma japonesa confirmó el pasado lunes que si Renault acepta la fusión, revisará su relación con la marca francesa.

Para satisfacer las demandas de Francia, el Grupo FCA, según fuentes no identificadas citadas por Reuters, habría acordado establecer en París la sede del nuevo grupo para Europa, África y Oriente Medio, hacer CEO a Jean-Dominique Senard, CEO de Renault y ofrecer una posición en la junta para el gobierno francés, además de mejorar las condiciones laborales para los trabajadores franceses.

No obstante, Francia habría recogido estas propuestos y estaría ahora demandando más presencia en la junta del nuevo consorcio y la capacidad de vetar el nombramiento del futuro CEO, ya que Senard tiene ya 66 años. Desde Italia, por otro lado, el gobierno ha apoyado el acuerdo y el primer ministro, Matteo Salvini, ha expresado su descontento con la posición de Francia.

Con todo, el Grupo FCA seguirá esperando una respuesta de Renault, que tras una segunda reunión -la primera fue el 27 de mayo- sigue sin decidirse y solo argumenta que seguirán «estudiando con interés la propuesta».