El año pasado no se logró finalmente en España el récord de recaudación por impuestos anunciado en reiteradas ocasiones como más que probable por el anterior Gobierno de Mariano Rajoy. Y no solo anunciado, sino incluso presupuestado. Así lo refleja la Agencia Tributaria en su último informe anual de recaudación, en el que consta que en el 2017 los ingresos tributarios fueron de 193.951 millones de euros, el 4,1% más que en el 2016, pero todavía por debajo de los presupuestados con una desviación negativa de 7.012 millones de euros y lejos del récord.

Una de las principales causas de esta desviación fue una medida introducida por el Ejecutivo del PP con cambios en la gestión del IVA. El nuevo sistema de Suministros Inmediato de Información (SII) para grandes empresas desplazó ingresos de este impuesto del 2017 al 2018. Sin el impacto de estos cambios, la desviación negativa respecto de lo presupuestado habría sido de 2.862 millones de euros. Pero, incluso así, el cacareado y esperado récord de recaudación no se habría logrado porque no se alcanzaría la cifra de 200.676 millones de euros ingresados por impuestos en el 2007, justo antes de empezar la larga crisis.

Sin embargo, hay otras causas de este freno en el esperado aumento de la recaudación. El informe constata que en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) se ingresaron casi 1.000 millones menos de lo previsto a causa del optimismo del Gobierno con los aumentos salariales. Las subidas reales fueron muy inferiores a las que se dibujaban en el cuadro macroeconómico, y por consiguiente, los ingresos fiscales procedentes de las nóminas también se quedaron cortos.

Por suerte para el Gobierno, las declaraciones anuales aportaron más ingresos de los previstos y compensaron en parte las escasas subidas salariales. Así, el resultado de la declaración anual del impuesto fue 2.001 millones menos negativo para las arcas del Estado que en el 2016. La AEAT explica que esto sucedió porque hubo mayores ingresos (1.168 millones), y por las menores devoluciones solicitadas y realizadas (833 millones).

En el 2017 se notaron los últimos efectos de la rebaja del IRPF adoptada por el Gobierno del PP y que empezó a aplicarse en el ejercicio del 2015. Al hacer el balance del impacto de estos cambios en los ingresos del Estado, la autoridad tributaria calcula que «el coste definitivo de la reforma del impuesto se estima en 7.968 millones de euros».

LA REFORMA FISCAL / El informe anual de recaudación, además, estima en 2.391 millones de euros el impacto total, desde el 2015, de la rebaja fiscal adoptada por el Gobierno de Mariano Rajoy en el impuesto de sociedades. Así, en total, el coste definitivo de la doble reforma fiscal del Gobierno del PP se eleva a 10.359 millones de euros (repartidos en tres años), una cifra que se sitúa ligeramente por encima de los 9.000 millones de euros que estimó el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuando diseñó los cambios legales.

Otra de las causas de haberse quedado el 2017 a las puertas del récord está relacionada con el impuesto de sociedades. Aquí la desviación respecto de lo presupuestado fue incluso superior que en el caso del IRPF (1.256 millones de euros), con el agravante de que sociedades aportó 23.143 millones, frente a los 77.038 millones del impuesto sobre la renta.

Parte del aumento total del 4,1% de ingresos no fue directamente atribuible a la política del Gobierno. O sí, porque como constata la AEAT, la causa «fundamental» del cambio de tendencia en los precios y su entrada en la senda de las alzas fue «la evolución de los precios energéticos, con descensos en el 2016 y fuertes incrementos en el 2017».