En el número 22 de la calle Treurenberg de Bruselas, sede de la Junta Única de Resolución (SRB en sus siglas en inglés) que preside Elke Köning, no han pegado ojo en toda la noche. La decisión de este martes del Banco Central Europeo, con sede en Francfort, de que la situación de liquidez del Banco Popular era insostenible y de que la entidad se encaminaba hacia la quiebra les ha obligado a hacer noche en vela y activar una célula de crisis que ha trabajado durante toda la madrugada para aprobar el primer plan de liquidación de una entidad bancaria europea.

“Tengo que confesar que ha sido una noche larga”, admitía Konig este miércoles durante una breve rueda de prensa convocada para explicar los entresijos de una decisión que se barruntaba desde hace días. El Mecanismo Único de Resolución (MUR), que depende del BCE, llevaba semanas siguiendo la evolución de la entidad bancaria española pero la decisión se ha precipitado a raíz de una hemorragia de liquidez sin fin que les ha obligado a actuar antes del fin de semana como suele ser habitual en estos casos. “No se podía esperar más”, ha indicado Dominique Laboureix, miembro de la junta sobre los motivos de no esperar al viernes.

Una vez constatado el deterioro de la situación, de que el banco estaba a punto de convertirse en insolvente y de que no había soluciones privadas para movilizar la liquidez necesaria en un tiempo razonable, el MUR puso su maquinaria en marcha. Lanzó el proceso de venta y escogió la oferta del Santander porque era la mejor, garantizaba la estabilidad financiera y el funcionamiento normal del banco desde el primer minuto. “Consideramos que era la única y la mejor oferta para preservar el valor, permitir que las oficinas del banco abrieran sus puertas con normalidad, mantener a salvo los depósitos y sin ayudas públicas”, ha resumido Köning que no ha querido confirmar si había otras ofertas sobre la mesa.

Posteriormente, el MUR ha remitido el plan de resolución a la Comisión Europea, que habitualmente tiene un plazo de 24 horas para aceptarlo o rechazarlo, pero que en esta ocasión lo autorizado con rapidez lo que ha permitido a la autoridad bancaria europea notificar al FROB español, responsable de ejecutarlo, la venta del Popular a la entidad que dirige Ana Patricia Botín. La operación se cerraba entre las 6 y las 6.30 de la mañana antes de la apertura de nuevo de los mercados, tal y como era el objetivo.

Köning no solo no ha aclarado si había otras ofertas. Tampoco ha querido explicar por qué han optado por liquidar el banco y obligar a sus accionistas y bonistas subordinados a asumir las pérdidas y no han seguido la vía del italiano Monte dei Paschi que será rescatado, con el beneplácito de Bruselas y del BCE, con fondos públicos . “No comento casos particulares. Cada caso de resolución está hecho a medida”, se ha limitado a señalar satisfecha con una solución que permitirá mantener la estabilidad del sistema financiero español.