El Popular ha confirmado este viernes que perdió 12.218 millones de euros en el primer semestre del año, en línea con lo adelantado por el Santander en julio. Las pérdidas responden al saneamiento de 12.400 millones que realizó el banco presidido por Ana Botín en su balance después de comprar la entidad tras la intervención de las autoridades europeas el 7 de junio.

Se trata de las segundas mayores pérdidas de una empresa española tras los de Bankia del 2012 (19.056 millones) y cercanos a los de Catalunya Caixa de aquel año (11.856 millones). El Popular perdió 137 millones de euros entre enero y marzo y 35,4 millones en el primer semestre del 2006.

El Santander aplicó una depreciación de los activos inmobiliarios del banco para que reflejaran su valor real de 3.454 millones, que explican en buena medida los números rojos. Además, las provisiones para insolvencias aumentaron un 68,55 %, hasta 13.199 millones de euros, y la morosidad se disparó del 14,42% al 21,32 % en un año (20.397 millones de impagados) debido al reconocimiento del deterioro de los activos que hizo la entidad compradora.

Sueldos disparados

Los recursos de clientes cayeron un 27,3 %, hasta 78.745 millones, y los créditos un 18,7 %, hasta 85.343,38 millones. La fuga de depósitos obligó al Santander a inyectar 11.219,08 millones. El capital Tier1 era de -3,70%, lejos del 18,17% de junio del 2016, lo que llevó a su nuevo dueño a ampliar capital en 7.000 millones para recapitalizarlo.

Los pagos a consejeros se elevaron a 7,27 millones, debido a los cuatro millones que recibió Emilio Saracho tras ser fichado para ser presidente de Popular en febrero, cargo que ocupó hasta la intervención en junio. En el primer semestre de 2016, la remuneración de los miembros del órgano de administración fue de 2,8 millones.