Los nuevos test de medición de consumo y emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos entran en vigor este viernes, 1 de septiembre, afectando a todos los automóviles homologados en Europa.

Las nuevas pruebas WLTP, en sus siglas en inglés, se implantan con el objetivo de reflejar los datos de consumo, emisiones de CO2 y otro tipo de particulas contaminantes emitidas a la atmósfera en una conducción habitual. Así, los clientes podrán comparar de una forma más veraz estos factores en los diferentes modelos que copan el mercado. La actual homologación, diseñada en la década del 1980, incide más en las mediciones de laboratorio.

Para conseguirlo, también se pone en marcha las pruebas de emisiones en conducción real (RDE, en inglés). El RDE se aplicará a todos los modelos vendidos desde septiembre del 2019. Sin embargo, no afectará a todos los automóviles matriculados hasta enero del 2020.

IMPUESTO DE MATRICULACIÓN

Esta normativa más exigente supondría un incremento en las emisiones de un mismo vehículo. Fuentes del sector consultadas por Europa Press estiman que el aumento medio será del 6%, y que el cambio de NEDC a la WLTP afecte al 25% del mercado europeo. Estas súbidas supondrían que algunos vehículos pasasen de estar extentos de pagar el impuesto de matriculación a abonar el 4,75% al emitir entre 121 y 160 gramos, según la legislación española.

El presente marco fiscal español contempla la exención del pago del impuesto de matriculación en cuatro tramos. Los vehículos que emitan 120 gramos de CO2 por kilómetro o menos están extentos. Mientras los que tengan entre 121 y 160 gramos afrontan el pago de un 4,75%; los de entre 161 y 200 gramos, el 9,75%, y los de más de 200 gramos, el 14,75%.

El año pasado la recaudación por impuesto de matriculación en España (tasa transferida a las comunidades autónomas) se situó en casi 328 millones de euros, una cifra un 7% superior a los 305 millones contabilizados en 2015, según datos de la Agencia Tributaria. El sector contempla que la implementación de la WLTP y de la RDE supondría un incremento estimado de 250 millones de euros en el pago total del impuesto de matriculación por parte de los clientes, en caso de que no se adapte el marco fiscal a esta nueva forma de homologación.

ADAPTAR LA FISCALIDAD

Tanto la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea) como la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) se han manifestado a favor de que los consumidores no se vean afectados por estos cambios en las pruebas de homologación.

En este sentido, el secretario general de la Acea, Erik Jonnaert, ha pedido que las nuevas normas traigan consigo una fiscalidad justa y no suponga un aumento de los impuestos para los usuarios. Además, ha recalcado que no todos los países de la Unión Europea (UE) están preparados para su introducción, ya que si "simplemente" extrapolan los valores del actual sistema de medición de emisiones al nuevo, los vehículos nuevos tendrían una tasa impositiva más alta.

En la misma línea, el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, ha señalado que hay que asegurarse de que los impuestos basados en las emisiones de CO2 no varían, teniendo en cuenta que un mismo coche tendrá mayores valores de CO2 si se mide con las pruebas WLTP y RDE que con la NEDC.