Anna Kurepina, la jubilada de Moscú que adquirió sus propiedades españolas a los 80 años y se las vendió a Dmitry Artyakov, hijo del número dos de Rostec, también inició otros negocios con otra pensionista, Lyudmila Rukavishnikova, de 73 años. En Moscú, Rukavishnikova se registró en la misma dirección que la esposa de Sergey Chemezov -presidente del conglomerado público--, Ekaterina Ignatova, y su hija, Anastasia. Y voló con toda la familia Chemezov en el mismo avión de negocios: un Embraer blanco y azul con el número de cola M-NJSS. Aparentemente, ella es la suegra de Chemezov, como Kurepina parece ser la madre política de Vladímir Artyakov. La relación personal y comercial entre las provectas mujeres es más que evidente, como lo es su vinculación con los dos hombres fuertes de Rostec, que han utilizado sus nombres para llevar a cabo sus trapicheos.

Al parecer, Kurepina y Rukavishnikova tenían un modelo de negocio simple: adquirir propiedades y empresas no esenciales de Rostec. Una de estas propiedades era un centro de negocios de cinco pisos, Spiridonovka 20, a pocos kilómetros del Kremlin en Moscú. A principios de la década del 2000, AvtoVAZ, un fabricante ruso de automóviles (y una subsidiaria de Rostec), compró el edificio por 10 millones de dólares (8,3 millones de euros). En el 2010, su propiedad cambió a las pensionistas cuando compraron la compañía que poseía el edificio.

Aunque el inmueble nunca fue un activo de alto perfil de Rostec, es valioso: sus inquilinos actuales incluyen Constellation, una subsidiaria de Rostech que desde enero del 2017 ha pagado casi 1,5 millones de rublos (unos 107.142 euros) por alquilar una habitación pequeña. Por otra parte, Rukavishnikova recibió una compañía en el 2018 que poseía acciones en el sanatorio "Green Grove", de Rostec, fuera de Moscú. La instalación es famosa porque sus terrenos son el emplazamiento de la dacha de Stalin y el lugar donde él y los altos funcionarios soviéticos Vyacheslav Molotov y Kliment Voroshilov descansaban.

TRAS LOS JUEGOS OLÍMPICOS

La transferencia de la propiedad se produjo después de que Rostec gastó casi 800 millones de rublos para restaurar la zona para los Juegos Olímpicos de 2014. Los socios comerciales de Kurepina y Rukavishnikova, además de los ejecutivos de AvtoVAZ y Rostec, eran propietarios mayoritarios de la plataforma oficial de comercio electrónico de Rostech. Todas las compras de la corporación estatal, que valen decenas de miles de millones de rublos por año, pasan por esta estructura supuestamente independiente.

A juzgar por la naturaleza de la participación de los representantes de Rostec en proyectos privados, así como la adquisición de propiedades pertenecientes a filiales de la corporación estatal por familiares de altos directivos, existe la sensación de que el CEO y el primer adjunto de la corporación estatal no ven una línea clara entre la empresa pública y privada, dijo Ilya Shumanov, director general adjunto de Transparencia Internacional en Rusia. "La estructura interconectada de lo privado y lo público es una base amplia para los conflictos de intereses, el abuso y tal vez incluso la pérdida de la propiedad estatal", dijo.

NEGOCIOS EN RUSIA, OCIO EN S'AGARÓ

No es el caso de Rukavishnikova, pero la otra suegra, Kurepina, también ha sido protagonista de inversiones inmobiliarias en la Costa Brarva española, una práctica muy común entre algunos amigos de Putín, para los que no ha resultado difícil tener la casa de sus sueños en S'Agaró.

SAgaro cuenta entre sus residentes con la familia del famoso obstetra-ginecólogo ruso Mark Kurtser y la familia del fundador de Troika Dialog --que da nombre a la trama de la 'Lavandería Troika'--, Ruben Vardanyan. El hijo de Kurtser, Salomon, y su esposa, Elena, han publicado muchas fotos del pueblo, al igual que la hija de Vardanyan, María. OCCRP no pudo localizar ninguna propiedad de las dos familias de Moscú, pero tres casas en el pueblo cercano de Mas Nou están en manos de Suizo Properties, una compañía chipriota establecida por Troika Dialog. Las familias de Kurtser, Vardanyan, Chemezov y Artyakov están cerca. Sus hijos más pequeños se comunican en redes sociales y publican fotos conjuntas de varias ciudades y países. Y los padres de las familias y los niños mayores hacen negocios juntos. También las suegras.