La Comisión Europea ha impuesto una multa de 242 millones de euros a la multinacional estadounidense Qualcomm por «prácticas de fijación de precios predatorias» y «abuso de posición dominante» en el mercado de los llamados chipsets de tercera generación (3G), que permiten la conexión de los teléfonos móviles inteligentes y las tabletas con las redes de telefonía móvil. «Son componentes claves para conectar los aparatos móviles a internet» y «Qualcomm ha vendido estos productos por debajo del precio de coste a clientes clave con la intención de eliminar a un competidor», concluyó la comisaria de competencia, Margrethe Vestager.

Bruselas puso en marcha su investigación formal hace cuatro años, en julio de 2015. Desde entonces, los funcionarios de la dirección general de competencia del Ejecutivo comunitario han conseguido pruebas suficientes para concluir que la empresa estadounidense utilizó «prácticas de precios predatorias» entre los años 2009 y 2011 al vender determinadas cantidades de tres de sus unidades de chipsets (circuitos integrados auxiliares) a Huawei y ZTE, dos clientes estratégicamente importantes, por debajo del coste con la intención de eliminar del mercado a Icera, su principal rival en aquella época. Esta empresa fue adquirida en 2011 por la empresa estadounidense Nvidia que terminó liquidando la división de chipsets de base en 2015. SILVIA MARTÍNEZ