El cadáver de David Rossi, 51 años, portavoz de Monte dei Paschi di Siena (MPS), apareció debajo de la ventana abierta de su despacho en el palacio Salimbeni de Siena, sede del banco, el 6 de marzo del 2013. Los jueces concluyeron que era un suicidio. Parecía claro: Rossi había enviado, días antes de su muerte, un email anunciando aquel acto. Pero en toda Siena los rumores de que había sido asesinado no se acallaron. La familia nunca avaló la hipótesis de suicidio.

Cuatro años más tarde, la Justicia italiana ha reabierto por tercera vez el caso, a partir de una investigación del programa de televisión Le Iene (Las Hienas), en el que se hizo hincapié en que la muerte de Rossi sobrevino poco después de que él confesara que había decidido atestiguar ante los jueces sobre los líos financieros de MPS, algo que nunca pudo hacer. "Eso en Siena lo saben todos. Rossi no se suicidó, lo asesinaron", dijo Pierluigi Piccini, exalcalde senés y exdirectivo de MPS.

Durantre estos años han aparecido nuevas sospechas. Para empezar, que la muerte de Rossi llegó cuando estaba pleno auge el escándalo del MPS por ocultar pérdidas millonarias, causadas por una serie de activos tóxicos adquiridos en operaciones realizadas entre 2006 y 2009. Algunos expertos recalcaron que las marcas de violencia que presentaba Rossi en su cuerpo no eran no compatibles con una caída y sí con una agresión.

En los vídeos de la muerte de Rossi, grabados por unas cámaras de seguridad y publicadas por la prensa italiana, se ven sombras de personas no identificadas y cuya silueta desaparece luego de la pantalla. Esto ha alimentado la versión de que las imágenes se manipularon. Su esposa siempre ha dicho que Rossi le avisó que estaba regresando a casa, justo antes de morir.

Rossi gestionaba millones de euros en esponsorizaciones. Fue un estrecho colaborador del expresidente de MPS Giuseppe Mussari, condenado el 2014 en primera instancia por ocultar contratos a los supervisores del Banco de Italia. Mussari dimitió en el 2012, poco antes de que estallara el escándalo del MPS.

Más aún, si bien Rossi nunca estuvo bajo investigación por MPS, sus oficinas habían sido registradas por orden de los fiscales florentinos, que luego fueron acusados de imprecisiones en la primera pesquisa sobre su misteriosa muerte. Ello, entre otros, por la autorización a la destrucción de pruebas —entre ellos, unos pañuelos manchados por sangre hallados en el despacho de Rossi— y por no haber pedido desde el comienzo los datos de los teléfonos móviles presentes en la zona durante los hechos.

En esta confusión, el caso no ha dejado indiferente a nadie. “El MPS es un banco con demasiados misterios, empezando por Rossi”, ha dicho esta semana el exprimer ministro Matteo Renzi. “Es un caso muy complejo y, aunque hemos reabierto el caso, todavía no hemos encontrado pruebas de que se trate de homicidio. Es una situación difícil”, comentó a esta periodista un fiscal cercano al caso. “¿De verdad se ha suicidado?”, se ha preguntado, sin más, Davide Vecchi, autor de un libro con un sugerente subtítulo, “El imperfecto suicido del manager”.