El mercado laboral refleja muy lentamente las demandas sociales y la mujer tiene más dificultades que el hombre a la hora de asumir protagonismo en las empresas españolas. Es una de las conclusiones del estudio realizado por la consultora ICSA y EADA presentado ayer en Barcelona. Según este trabajo, las mujeres ocupan solo el 16,2% de los puestos directivos en España, lo que significa cuatro puntos más respecto del 2016, que alcanzó el 11,8%. Pero en el inicio de la crisis -en el año 2008- la mujer ocupaba casi el 20% de los puestos directivos en España.

La recuperación económica -con crecimientos del PIB de más del 3% durante los últimos años- no ha supuesto una reducción considerable ni del peso de la mujer en las altas esferas empresariales ni una reducción clara de la brecha salarial.

La brecha salarial sigue siendo del 16% (directivos), 11,3% (cuadros intermedios) y del 12,4% en el caso de los empleados). En cifras absolutas, la retribución media actual de un directivo es de 82.763 euros brutos anuales mientras que la de su homóloga femenina es de 71.271. El año pasado eran de 79.545 euros y de 68.072, según el mismo estudio.

El informe Talento femenino 2019. Diferencias salariales y cuota de presencia femenina, de ICSA y EADA, se ha elaborado a partir de una muestra que recoge datos salariales de más de 80.000 individuos empleados por cuenta ajena en España, captados a través de encuestas directas y plataformas tecnológicas como www.cuantomepagan.com

Existe una ecuación perversa que se cumplió durante todo el periodo de crisis y que supuso una reducción en la presencia femenina directiva y un aumento de la brecha salarial. Es a partir del 2016 cuando la tendencia se invierte pero no con la proporcionalidad esperada. No se han recuperado los valores del 2008, cuando las directivas representaban casi el 20% y la diferencia salarial era del 11,9%. A la devaluación salarial producida durante estos años, se le añadió el agravante de género.

Indry Canchila, socia de ICSA y responsable del informe, asegura que «aunque se percibe una mejora, tanto en las diferencias salariales como en la presencia femenina en puestos de dirección, es del todo insuficiente».

cambios lentos / Aline Masuda, profesora de EADA Business School y colaboradora del informe, asume que las cifras de este año han mejorado pero los cambios son demasiado lentos: «La crisis nos devolvió al modelo de gestión clásico con más control, rigidez y la disponibilidad absoluta y es ahí donde las mujeres tenemos las de perder». Masuda considera que los avances en políticas de igualdad «responden a la presión social pero tienen que ser concretos y aplicables, como la reciente ampliación del permiso de paternidad.

De todas formas, es preocupante la aparición de grupos que cuestionen abiertamente el tema». Las autoras del informe han mostrado su preocupación porque determinados grupos políticos cuestionen los avances en materia feminista. «La flexibilidad, la diversidad y la igualdad hacen las empresas más competitivas», opina Aline Masuda.

Las mujeres representan el 8,6% de las directoras generales en este país. Dentro de las áreas funcionales clásicas, sobresale la presencia femenina en recursos humanos con el 32,2%, seguida de la dirección financiera con un 19,5%. Canchila se pregunta si se están realizando los cambios necesarios en las organizaciones y afirma que «la empresa debería tomar más la iniciativa en el campo de la igualdad y no esperar simplemente a cumplir las leyes que marque el Estado».

Si se tiene en cuenta el tamaño de las empresas, las mujeres tienen especiales dificultades para acceder a las compañías más grandes. Mientras en las pequeñas empresas el porcentaje de mujeres en cargos directivos es del 10,05% en las grandes empresas ese porcentaje baja hasta el 2,05%.

Las dos expertas coinciden en señalar que hay tres campos esenciales donde centrar los esfuerzos: en educación y valores; en las estructuras y modelos de gestión; y en el terreno legislativo.