Las ventas de coches en China cayeron en el 2018 por primera vez en más de 20 años. Durante meses, todo apuntaba a que el mercado del gigante asiático estaba cayendo, pero todavía no había la confirmación oficial. Como adelantó este mismo miércoles la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China, finalmente se vendieron 22,7 millones de vehículos el año pasado, un 6% menos que en el 2017. Las principales causas de la caída han sido básicamente la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ahora en tregua, y la caída de las acciones de las marcas locales.

No obstante, la guerra comercial ha sido el principal escollo para la demanda del sector, que se desplomó sobre todo a partir de junio y julio, fecha en la que China aumentó los impuestos sobre los vehículos importados de Estados Unidos del 15% al 40%. La subida de los precios y la baja demanda durante los últimos meses, con caídas más pronunciadas cada mes desde el pasado junio, han provocado el primer recorte del mercado en dos décadas.

Las restricciones de propiedad de coches en algunas ciudades, como Pekín, tampoco han ayudado a mantener alta la demanda. El gobierno chino ya está preparando medidas para revertir la situación y, en medio de la tregua entre el país asiático y Estados Unidos, se comprometió a reducir los impuestos sobre los coches estadounidenses al 15% de nuevo. No obstante, si acabada la tregua de 90 días no hay acuerdo, los aranceles podrían volver a subir.

Pero no solo los inversores están nerviosos. Algunos piensan que ha sido una situación aislada, pero otros tienen miedo de que el mercado se estanque. De hecho, los fabricantes dudan de si el crecimiento volverá y no saben si invertir y arriesgarse a sufrir pérdidas y una capacidad excesiva o esperar y arriesgarse a no estar preparado ante un posible cambio de tendencia y no beneficiarse de una nueva subida. De momento, según apunta la agencia Bloomberg, Ford planea lanzar 50 nuevos coches en China para el 2025, Volkswagen invertirá 4.000 millones de euros en el país y General Motors quiere seguir invirtiendo allí.

La Asociación de Fabricantes de Automóviles de China (CAAM) estima que el mercado no cambiará en el 2019 pese a que los vehículos de gasolina y los diésel estén cayendo. El organismo confía en que la imparable subida de los coches eléctricos en el país. Para este año la expectativa es que se vendan 1,6 millones de unidades híbridas o eléctricas enchufables. La electrificación es la gran esperanza para el mercado chino.