El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, afronta la que seguramente es su penúltima reunión de política monetaria (dejará el puesto al finalizar octubre), con un consejo de gobierno dividido sobre el alcance de las medidas que debe adoptar el BCE para estimular la economía de la zona euro.

Tras la reunión de julio, los equipos del BCE han trabajado para llevar hoy a la mesa del consejo una propuesta de medidas en tres campos. En primer lugar han trabajado sobre una posible nueva rebaja de los tipos de interes que el banco central cobra a los bancos por sus depósitos (en la actualidad se aplica un tipo negativo del 0,4%); en segundo lugar, sobre cómo, cuándo, con qué intensidad y durante cuánto tiempo retomar la compra de nueva deuda pública y privada, después de que esta fuera suspendida en enero pasado; e en tercer lugar, se examinará cómo «mitigar» el efecto nocivo que los tipos de interés negativos están teniendo sobre las cuentas de los bancos.

En un cuarto bloque, se plantea cómo debe el BCE transmitir sus planes a medio plazo respecto al manejo de las herramientas de política monetaria.

Desde la reunión de julio, banqueros centrales de distintos países de la zona euro han ido mostrando sus preferencias. Un grupo de ellos -con el presidente del Bundesbank, Jeins Weidmann, al frente- son partidarios de no ir todavía demasiado lejos en las medidas. En este bloque participan también los gobernadores de Austria, Países Bajos, Holanda, Estonia o Finlandia.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, se ha mostrado a favor de adoptar nuevas medidas para mantener bajos los tipos de interés.

Las apuestas de los inversores tampoco son unánimes. Algunos piensan que el BCE adoptará una acción contundente para trasladar una apuesta clara sobre su determinación para alejar el riesgo de una recesión en la zona euro.

En este bloque se sitúan, por ejemplo, los analistas de Goldman Sachs, que anticipan que el BCE bajará hasta el -0,6% el tipo de interés negativo que aplica a los depósitos y que retomará la compra de deuda pública y privada a un ritmo mensual de 30.000 millones. «En caso de que se recorten los tipos de interés, Draghi tendrá que echarle un hueso a la banca si quiere salvarse del motín», añade Mati Greenspan, analista de eToro.

MÁS PRONÓSTICOS / Otros inversores anticipan que el BCE no quemará todos sus cartuchos en septiembre y que esperará a ver cómo evoluciona la economía ante acontecimientos como el ‘brexit’ o las tensiones comerciales entre China y EEUU. Para el director de riesgos de Ebury, Enrique Díaz-Álvarez, es «probable» que haya que esperar a octubre para ver un «compromiso firme con la compra de activos adicionales.

Por otra parte, Donald Trump, cargó ayer de nuevo contra los «idiotas» de la Reserva Federal (Fed) al asegurar que se debería recortar los tipos de interés «a cero o menos» en su reunión de la próxima semana.

«Deberíamos entonces empezar a refinanciar nuestra deuda. El coste de intereses debería rebajarse mucho, y al mismo tiempo alargar sustancialmente los plazos», afirmó Trump en Twitter. La Fed celebrará su siguiente reunión el 17 de septiembre.