Los servicios mínimos decretados con motivo de la huelga de este fin de semana del personal de tierra de Iberia en el Aeropuerto de Barcelona redujeron ayer de manera efectiva las consecuencias del paro en El Prat. A mediodía preocupaba más el efecto de los problemas meteorológicos en el aeropuerto que el impacto de la huelga, que había sido enmendado por las compañías con la reubicación de pasajeros en aviones más grandes u otras rutas o medios de transporte.

Según Iberia, la huelga tuvo un seguimiento del 17,5%. UGT aseguró que el seguimiento llegó al 80% de la plantilla afectada.

El Ministerio de Fomento decretó el pasado jueves servicios mínimos del 100% de los vuelos domésticos con territorios no peninsulares, el 54% de los internacionales y el 32% de los peninsulares cuya alternativa de transporte fuese inferior a cinco horas. Pese a esos servicios mínimos elevados, la lluvia complicó el tráfico aéreo.

Los controladores de El Prat iniciaron a mediodía medidas de regulación, lo que se traducía en un mayor espacio entre aeronaves en aterrizajes y despegues. Entre las 12.50 horas y las 13.20 horas, las operaciones de despegue y aterrizaje tuvieron que suspenderse por una tromba de agua. Este fue un factor que agravó todavía más la situación.

CANCELACIONES / Las fuertes lluvias causaron la cancelación, hasta las 20.30 horas de un total de cuarenta de vuelos diferentes, que se suman a los 62 suspendidos por la huelga de Iberia. De esos vuelos cancelados, la mayor parte, alrededor de 17, fueron de Vueling, la principal compañía en El Prat. Iberia Handling presta servicio a 27 aerolíneas, entre ellas Vueling, British Airways, Air Lingus y Level.

Entre los vuelos de Vueling afectados por la lluvia estuvieron los que pasaban por San Sebastián, Ibiza, Mahón, Niza, Jerez, Palma y París.

La tormenta también comportó el desvío de cinco aviones, dos de los cuales acabaron aterrizando en Gerona y Reus (Tarragona).

Algunos aviones llegaron a acumular incluso más de cinco horas de retraso, pero la sensación en el aeropuerto era de casi normalidad. Las compañías aplicaron el sistema habitual de mensajes a los pasajeros en caso de retrasos o cancelaciones. Igualmente, recordaron la importancia de informar a las aerolíneas del correo electrónico y del teléfono móvil para estas situaciones especiales. La aerolínea más perjudicada por cancelaciones fue Vueling con al menos 15.500 pasajeros implicados durante el fin de semana, cifra que aumentará por el efecto de la lluvia.

REIVINDICACIONES / Los trabajadores convocan huelga con la finalidad de estabilizar el empleo, transformando la totalidad de los empleados fijos a tiempo parcial en fijos a tiempo completo, y pasar a fijos a 400 trabajadores eventuales, de una plantilla de más de 1.000 personas.

Los representantes de los trabajadores creen que esta medida solucionaría la mayoría de problemas que sufre la plantilla, como el «abuso de horas extraordinarias obligatorias» o la reorganización de turnos y horarios que permitirían a la plantilla de Iberia Barcelona trabajar en «condiciones dignas».

El consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Damià Calvet, exigió ayer a Iberia que mañana «retome las negociaciones con los trabajadores de tierra y ponga soluciones sobre la mesa». Calvet tomó partido por la plantilla al asegurar que hay una «desproporción brutal y alarmante» entre los trabajadores de tierra de Iberia de Barcelona y los de Madrid.

En la opinión de Damià Calvet hay un agravio comparativo, ya que hay 1.000 operaciones al día en Barcelona e Iberia dispone de 2.000 trabajadores «con un altísimo índice de temporalidad», mientras que el Aeropuerto de Barajas tiene 1.300 operaciones y 7.000 trabajadores, con menos temporalidad.

De la misma forma, Calvet pidió que la compañía en la mesa de negociación no trate a El Prat como un aeropuerto de segunda categoría.