Miles de pensionistas han llenado durante el jueves 22 de febrero las principales plazas de más de setenta puntos alrededor del Estado español para protestar contra la subida del 0,25% de las pensiones por parte del ejecutivo de Mariano Rajoy. La protesta la convoca la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones y la secundan diferentes colectivos, como los principales sindicatos (CCOO y UGT). En Córdoba, los organizadores hablan de cerca de 2.000 personas en Las Tendillas.

En torno a un millar de jubilados han ocupado este jueves al mediodía la Plaza de las Cortes de Madrid frente al Congreso de los Diputados, cortando el tráfico en la Carrera de San Jerónimo, para reclamar "pensiones dignas" con subidas al ritmo de la inflación y derogando el actual índice de revalorización.

Choque con la Policía en la manifestación de Madrid

A gritos de "¡Ladrones, ladrones!" y con las manos en alto, los manifestantes han bajado por la calle hasta llegar a las puertas del Congreso, cortando el tráfico en la Carrera de San Jerónimo. Los jubilados han respondido los intentos de la Policía por contener su avance con gritos de "Somos pensionistas, no terroristas".

El Consejo de Ministros aprobó el pasado 29 de diciembre de 2017 la revalorización de las pensiones en un 0,25% para el 2018, el mínimo legal previsto. Algo que los diferentes colectivos que secundan las protestas consideran insuficiente. "Es una vergüenza una subida tan insignificante mientras el gobierno del PP no duda en inyectar miles de millones de euros del erario público en rescatar autopistas privadas o para casos como el Castor", declara un portavoz de UGT.

Desde CCOO reclaman unas pensiones "dignas" y reivindican reabrir la negociación colectiva que supuso el Pacto de Toledo, para vincular la subida de las pensiones a la evolución del IPC.

Actualmente el 60% de pensionistas perciben una cantidad por debajo de los 1.000 euros al mes, de acuerdo a la estadística más reciente publicada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Dentro de ese numeroso grupo, un 15% de los jubilados cobran un máximo de 500 euros.