Miles de trabajadores de plataformas digitales en España están inquietos y a expensas de los próximos pasos que dé el Ministerio de Trabajo en su nueva regulación del empleo en el sector. Unos porque temen que la tardanza en la nueva norma rebaje sus pretensiones de laboralización y otros porque rechazan que las intenciones iniciales del departamento liderado por Yolanda Díaz se acaben consumando. Fuentes del Ministerio de Trabajo consultadas afirman que esta regulación «sigue siendo una prioridad para este Ministerio», pero declinan detallar plazos ni explicaciones sobre por qué todavía no se les ha remitido documento alguno a los agentes sociales para comenzar a perfilar un borrador conjunto de proyecto de ley para los riders.

Y mientras, los trabajadores del sector permanecen a la expectativa de esa ley que persigue clarificar esa relación de asalariados. Partidarios y detractores de la nueva regulación prometida por Trabajo que pretende poner coto al uso de falsos autónomos en las plataformas digitales se mantienen a la expectativa. El perfil más mediático entre estos son los riders de empresas de reparto como Glovo, Deliveroo o UberEats, que en las últimas semanas se están movilizando para urgir o manifestar su rechazo al espíritu de esa nueva norma. Según la patronal Adigital, en el 2018 había en España 14.337 personas dedicadas al delivery en plataformas.

FLEXIBILIDAD / Los detractores de la nueva ley son los proautónomos. Invocan la «flexibilidad» de esta fórmula para poder trabajar jornadas que superan las 10 horas, con las que dicen conseguir ingresos por encima del salario medio. «La gente quiere hacer más horas, hasta que aguante el cuerpo», explica Badr Eddine Hilali, promotor de la Asociación Autónoma de Riders (AAR). «Es una decisión que tomo yo, que no toma la empresa por mí», añade. Un argumento del que difiere Daniel Gutiérrez, miembro de RidersXDerechos. «No trabajamos cuando queremos, trabajamos cuando nos dejan. Hay un montón de gente que se pasa el día cazando horas», replica.

Cazar el máximo de horas es la clave para conseguir un mínimo de ingresos. Un equilibrio que las plataformas han ido alterando con la entrada de un mayor número de riders y con la reducción de tarifas, como pasó durante los primeros meses del estado de alarma. Más gente disponible, menos horas a repartir y peor pagadas. «Si fuéramos asalariados sabríamos qué cobraríamos el mes que viene, no como ahora», señala Gutiérrez.

Badr Eddine Hilali dice facturar cada mes y con cierta regularidad 3.000 euros, por un trabajo de 50 horas semanales combinando diversas plataformas, como Deliveroo, Glovo o UberEats. Un perfil atípico el suyo, pues Glovo o Deliveroo tasan la ganancia por hora en entre 8 y 10 euros. Según estas cifras y sin tener en cuenta el tiempo que el rider se pasa cazando horas, 50 horas por la semana dan una facturación de entre 1.600 y 2.000 euros. A ello cabe descontar la cuota de autónomos, el vehículo, el teléfono. Y no incluye, además, la cobertura por baja médica, el paro o las vacaciones. En el actual modelo también corren a cargo de los riders costes como las mascarillas, una cuestión de obligado uso en las empresas de mensajería y que no todos los repartidores han llevado estos días, al no ser obligatorias. «Depende de lo que ganes, no te llega», dice Gutiérrez. «Hay gente que no es profesional», opina Eddine Hilali.

CONTRIBUYENTE / «¿Por qué el Gobierno está buscando convertirnos en asalariados? Porque la Seguridad Social va a ingresar más. Son los primeros interesados», afirma Badr Eddine Hilali. Hay consenso entre las dos posiciones. Un informe de UGT cifra en 168 millones lo que deja de ingresar el erario público solo con el sector delivery. «Si se extiende a otros sectores, el agujero en la Seguridad Social va a ser insostenible», dice RidersXDerechos. «Esta ley es solo un paso adelante. Tiene que venir de la mano de un refuerzo de la Inspección de Trabajo. Si no, nadie garantiza que se cumpla», replican desde RidersXDerechos.