La intensificación del narcotráfico en la zona del Campo de Gibraltar arrecia y la Agencia Tributaria (AEAT) se dispone a hacerse con un nuevo helicóptero de alta tecnología para la lucha contra esta lacra, contra el contrabando, el blanqueo de capitales y el fraude fiscal. La aeronave se destinará al Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la AEAT.

Hace más de diez años que no se adquiría una aeronave como esta, de alta capacitación. La última de ellas entró en servicio en el 2008, justo antes de los grandes recortes presupuestarios. Ahora, el Consejo de Ministros ha considerado “urgente” autorizar ya a la AEAT la contratación de un helicóptero bimotor de tamaño medio modelo AS365 N3-Dauphin, para el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales. La fabricación del aparato, por un valor estimado de 12,7 millones, durará más de dos años por lo que el contrato se ejecutará con cargo a los ejercicios 2019, 2020 y 2021.

ALTA TECNOLOGÍA

“Todo lo que vuela es muy caro”, resuelve el subdirector de Operaciones de Vigilancia Aduanera de la AEAT, Manuel Montesinos. Sobre todo, si los aparatos están equipados con sistemas de captación de imagen giroestabilizados (permiten estabilidad de imagen pese a los movimientos del aparato) y con sensores infrarrojos para detección térmica (para el descubrimiento de embarcaciones y vehículos sospechosos a través del calor que desprenden sus motores), así como con radares de búsqueda para la localización de embarcaciones, entre otros equipos de vigilancia y comunicaciones.

La dirección de Vigilancia Aduanera de la AEAT ya dispone de cuatro aviones CASA C212 y de cuatro helicópteros operativos (tres de ellos, similares al que se va a contratar ahora). El nuevo helicóptero servirá para sustituir al más antiguo, de modo que todos serán del modelo Dauphine.

Los aviones, operados por personal del Ejército del Aire, tienen base en Málaga y San Javier (Murcia). Los helicópteros tienen su base en Algeciras, Almería, San Javier y Vigo, aunque todas las aeronaves pueden actuar en cualquier punto del país.

Los helicópteros están pilotados por personal de la empresa privada Babcock, una cuestión que fue motivo de controversia en el pasado, Sin embargo, Montesinos defiende que la colaboración con esta empresa está sujeta a un estricto protocolo de confidencialidad y que no ha habido ningún problema en los más de 30 años de colaboración con esta empresa, en los que ha dado muestras de “probada confianza”. Además, en cada vuelo el piloto está acompañado por funcionarios de Vigilancia Aduanera que son los que dirigen la misión táctica y el cumplimiento de los objetivos, explica subdirector.

BUQUES Y PATRULLERAS

Además de las piezas de transporte aéreo, Vigilancia Aduanera dispone de 40 embarcaciones (dos buques, patrulleras e interceptadoras de alta velocidad). “Nuestro sistema de vigilancia marítima responde a un modelo integrado”, explica Montesinos, de modo que en cada misión participan los medios de vigilancia terrestres, aéreos y marítimos. “El helicóptero es una pieza esencial, pues garantiza la continuidad de la operación, desde el momento de la vigilancia, hasta la incautación de la droga o el contrabando”.

En una operativa clásica de este tipo, suele ser una aeronave quien, en primer término, localiza una embarcación que transporta a alta velocidad grandes cantidades de sustancias estupefacientes rumbo a la costa española. La alerta se traslada a las patrulleras y mientras tanto el helicóptero acompaña desde el aire el trayecto de la embarcación contrabandista y contribuye a que, al llegar a la costa, no escapen los traficantes.

Con este modelo operativo, estos ‘delfines’ del aire (por la traducción del término francés ‘dauphin’) realizaron más de 2.300 horas de vuelo en el 2018 y participaron en 634 acciones relacionadas con el contrabando y el narcotráfico en todo el territorio, aunque sin duda, la “zona más caliente” se sitúa en el Estrecho de Gibraltar. Solo en tres operaciones realizadas en octubre en esta zona se lograron aprehender casi 7 toneladas de hachís que podrían alcanzar en el mercado un valor de más de 30 millones de euros.

Visto así, los casi 13 millones de euros que costará el nuevo helicóptero se perciben como “una inversión muy rentable” -apunta Montesinos- pues no solo permite decomisar droga o contrabando, sino también incautar patrimonios y culminar investigaciones de fraude fiscal y blanqueo de capitales que acaban devolviendo al Estado el importe de la inversión inicial, con creces.